DOS CAFÉS.
Dos cafés, el tuyo y el mío, esparciendo su aromático vapor, en amena plática este invierno frío, percibo de tu fino aliento su calor.
Y entre deleites de tibios sorbos, de humeantes cafés en una taza, mis labios trémulos y probos, el deseo de besarte los abraza.
Es el café fiel y grato confidente, precursor de idílicos momentos, a su influjo humeante y candente, los amantes ofrendan sus anhelos.
Entre dos cafés han nacido amores, o se afirman en torno de una mesa, son los sentimientos sus catadores que del alma arrancan la promesa.
Autor: Víctor A. Arana, (VICTOR SANTA ROSA), Abril 6 del 2011.
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