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General: EVANGELIO DE HOY DOMINGO 5 DE MAYO DE 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 05/05/2013 21:36
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Sexto Domingo de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29.
Llegaron algunos de Judea que aleccionaban a los hermanos con estas palabras: «Ustedes no pueden salvarse, a no ser que se circunciden como lo manda Moisés.»
Esto ocasionó bastante perturbación, así como discusiones muy violentas de Pablo y Bernabé con ellos. Al fin se decidió que Pablo y Bernabé junto con algunos de ellos subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los apóstoles y los presbíteros.
Entonces los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, decidieron elegir a algunos hombres de entre ellos para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Fueron elegidos Judas, llamado Barsabás, y Silas, ambos dirigentes entre los hermanos.
Debían entregar la siguiente carta: «Los apóstoles y los hermanos con título de ancianos saludan a los hermanos no judíos de Antioquía, Siria y Cilicia.
Nos hemos enterado de que algunos de entre nosotros los han inquietado y perturbado con sus palabras. No tenían mandato alguno nuestro.
Pero ahora, reunidos en asamblea, hemos decidido elegir algunos hombres y enviarlos a ustedes junto con los queridos hermanos Bernabé y Pablo,
que han consagrado su vida al servicio de nuestro Señor Jesucristo.
Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, que les expondrán de viva voz todo el asunto.
Fue el parecer del Espíritu Santo y el nuestro no imponerles ninguna otra carga fuera de las indispensables:
(que no coman carne sacrificada a los ídolos, ni sangre, ni carne de animales sin desangrar y que se abstengan de relaciones sexuales prohibidas.) Harán bien si se abstienen de esto, dejándose guiar por el Espíritu Santo. Adiós.»

Salmo 67(66),2-3.5.6.8.
¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga, 
nos ponga bajo la luz de su rostro!
Para que conozcan en la tierra tu camino,
tu salvación en todas la naciones.

Que los poblados se alegren y te canten. 
Pues tú juzgas los pueblos con justicia, 
tú riges a los pueblos de la tierra.
Que los pueblos te den gracias, oh Dios, 
que todos los pueblos te den gracias.

Que nos bendiga Dios, y sea temido 
hasta los confines de la tierra. 


Apocalipsis 21,10-14.22-23.
Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios,
envuelta en la gloria de Dios. Resplandecía como piedra muy preciosa con el color del jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.
Tres puertas dan a oriente y otras tres miran al norte; tres puertas al sur y otras tres al poniente.
La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres de los doce Apóstoles del Cordero.
No vi templo alguno en la ciudad, porque su templo es el Señor Dios, el Todopoderoso, y el Cordero.
La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

Evangelio según San Juan 14,23-29.
Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado.
Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes.
En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.
Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo.
Sa ben que les dije: Me voy, pero volveré a ustedes. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, pues el Padre es más grande que yo.
Les he dicho estas cosas aho ra, antes de que sucedan, para que cuando sucedan ustedes crean.

silvia6.png picture by silvygilbert



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 05/05/2013 21:36

Comentario: Rev. D. Francesc CATARINEU i Vilageliu (Sabadell, Barcelona, España)

Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él

Hoy, antes de celebrar la Ascensión y Pentecostés, releemos todavía las palabras del llamado sermón de la Última Cena, en las que debemos ver diversas maneras de presentar un único mensaje, ya que todo brota de la unión de Cristo con el Padre y de la voluntad de Dios de asociarnos a este misterio de amor.

A Santa Teresita del Niño Jesús un día le ofrecieron diversos regalos para que eligiera, y ella —con una gran decisión aun a pesar de su corta edad— dijo: «Lo elijo todo». Ya de mayor entendió que este elegirlo todo se había de concretar en querer ser el amor en la Iglesia, pues un cuerpo sin amor no tendría sentido. Dios es este misterio de amor, un amor concreto, personal, hecho carne en el Hijo Jesús que llega a darlo todo: Él mismo, su vida y sus hechos son el máximo y más claro mensaje de Dios.

Es de este amor que lo abarca todo de donde nace la “paz”. Ésta es hoy una palabra añorada: queremos paz y todo son alarmas y violencias. Sólo conseguiremos la paz si nos volvemos hacia Jesús, ya que es Él quien nos la da como fruto de su amor total. Pero no nos la da como el mundo lo hace (cf. Jn 14,27), pues la paz de Jesús no es la quietud y la despreocupación, sino todo lo contrario: la solidaridad que se hace fraternidad, la capacidad de mirarnos y de mirar a los otros con ojos nuevos como hace el Señor, y así perdonarnos. De ahí nace una gran serenidad que nos hace ver las cosas tal como son, y no como aparecen. Siguiendo por este camino llegaremos a ser felices.

«El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26). En estos últimos días de Pascua pidamos abrirnos al Espíritu: le hemos recibido al ser bautizados y confirmados, pero es necesario que —como ulterior don— rebrote en nosotros y nos haga llegar allá donde no osaríamos.



 
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