Los seres humanos vivimos aceleradamente el presente, un poco aferrados al pasado y con la incertidumbre del futuro. ¡Una paradoja de vida! Pareciera que , sin desprendernos del ayer y frenados por las cosas que ya sucedieron, buscamos adivinar nuestra posición en el futuro y ante esta situación descuidamos el vivir el presente en plenitud y nos llenamos de estrés y preocupaciones, haciéndole daño al alma y a la vida.
Por ello, es muy necesario aprender a descansar el cuerpo y la mente.
Aprender a descansar el cuerpo y la mente significa aprender a vivir fuera de las complicaciones y dentro de la sencillez de lo cotidiano y nos permite comprender que no podemos vivir haciendo más de lo humanamente posible ya que dentro de lo humano está la necesidad fundamental de darnos tiempo para el descanso, la contemplación, la meditación y la oración frente a nuestro Ser Superior.