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General: EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 12 DE JUNIO DE 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 12/06/2013 15:46

 

 

Miércoles de la décima semana del tiempo ordinario

Carta II de San Pablo a los Corintios 3,4-11. 
Por eso nos sentimos seguros de Dios gracias a Cristo.
¿Cómo podríamos atribuirnos algo a nosotros mismos? Nuestra capacidad nos viene de Dios.
Incluso nos ha hecho ministros de una nueva alianza, que ya no es cosa de escritos, sino del Espíritu. Porque lo escrito da muerte, mientras que el Espíritu da vida.
Cuando se dieron leyes grabadas en tablas de piedra, ese ministerio que llevaba la muerte fue rodeado de gloria, y los israelitas no podían fijar su mirada en el rostro de Moisés a causa de su resplandor, aunque era fugaz.
¡Qué gloria tan grande no les esperará, entonces, a los que comunican el Espíritu!
Si tan grande fue el ministerio que llevaba la condenación, ¿no lo será mucho más todavía el que nos hace “justos”?
Es algo tan glorioso bajo ese aspecto, que la gloria del otro ministerio no era nada en comparación.
¡Qué este ministerio de gloria pasajera si el nuestro permanece en la gloria!


Salmo 99(98),5.6.7.8.9. 
Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!
Moisés y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él les respondía.
De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio.
Oh Señor, nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar nada.

Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios! 


Evangelio según San Mateo 5,17-19. 
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para traer lo definitivo.
En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.

 

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 12/06/2013 15:47

Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)

No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento

Hoy escuchamos del Señor: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas; (...), sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). En el Evangelio de hoy, Jesús enseña que el Antiguo Testamento es parte de la Revelación divina: Dios primeramente se dio a conocer a los hombres mediante los profetas. El Pueblo escogido se reunía los sábados en la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios. Así como un buen israelita conocía las Escrituras y las ponía en práctica, a los cristianos nos conviene la meditación frecuente —diaria, si fuera posible— de las Escrituras.

En Jesús tenemos la plenitud de la Revelación. Él es el Verbo, la Palabra de Dios, que se ha hecho hombre (cf. Jn 1,14), que viene a nosotros para darnos a conocer quién es Dios y cómo nos ama. Dios espera del hombre una respuesta de amor, manifestada en el cumplimiento de sus enseñanzas: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (Jn 14,15).

Del texto del Evangelio de hoy encontramos una buena explicación en la Primera Carta de san Juan: «En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados» (1Jn 5,3). Guardar los mandamientos de Dios garantiza que le amamos con obras y de verdad. El amor no es sólo un sentimiento, sino que —a la vez— pide obras, obras de amor, vivir el doble precepto de la caridad.

Jesús nos enseña la malicia del escándalo: «El que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). Porque —como dice san Juan— «quien dice: ‘Yo le conozco’ y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él» (1Jn 2,4).

A la vez enseña la importancia del buen ejemplo: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). El buen ejemplo es el primer elemento del apostolado cristiano.



 
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