Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: EVANGELIO DE HOY VIERNES 12 DE JULIO DE 2013
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 13/07/2013 22:59

Viernes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario

Libro de Génesis 46,1-7.28-30. 
Israel partió llevándose todos sus bienes. Cuando llegó a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 
Dios dijo a Israel en una visión nocturna: "¡Jacob, Jacob!". El respondió: "Aquí estoy". 
Dios continuó: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. 
Yo bajaré contigo a Egipto, y después yo mismo te haré volver; y las manos de José cerrarán tus ojos". 
Cuando Jacob salió de Berseba, los hijos de Israel hicieron subir a su padre, junto con sus hijos y sus mujeres, en los carros que el Faraón había enviado para trasladarlos. 
Ellos se llevaron también su ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán. Así llegaron a Egipto, Jacob y toda su familia 
- sus hijos y sus nietos, sus hijas y sus nietas - porque él había llevado consigo a todos sus descendientes. 
Israel hizo que Judá se le adelantara y fuera a ver a José, para anunciarle su llegada a Gosen. Cuando llegaron a la región de Gosen, 
José hizo enganchar su carruaje y subió hasta allí para encontrarse con su padre Israel. Apenas este apareció ante él, José lo estrechó entre sus brazos, y lloró un largo rato, abrazado a su padre. 
Entonces Israel dijo a José: "Ahora sí que puedo morir, porque he vuelto a ver tu rostro y que vives todavía". 


Salmo 37(36),3-4.18-19.27-28.39-40. 
Confía en el Señor y haz el bien, habita en tu tierra y come tranquilo.
Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón.
El Señor cuida los días de los buenos, su herencia será eterna.

Cuando haya escasez no tendrán problemas y tendrán qué comer cuando arrecie el hambre.
Apártate del mal y haz el bien, y tendrás una casa para siempre.
Porque el Señor ama lo que es justo y no abandona jamás a sus amigos. 
Los pecadores perecerán para siempre y se acabará la raza de los malos.

La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en tiempos de angustia.
El Señor los ayuda y los libera, salva a cuantos confiaron en él. 


Evangelio según San Mateo 10,16-23. 
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. 
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. 
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. 
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, 
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. 
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. 
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. 
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre. 

 
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 13/07/2013 23:00

Comentario: P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Seréis odiados de todos por causa de mi nombre

Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).

La Iglesia y el mundo son dos realidades de “difícil” convivencia. El mundo, que la Iglesia ha de convertir a Jesucristo, no es una realidad neutra, como si fuera cera virgen que sólo espera el sello que le dé forma. Esto habría sido así solamente si no hubiese habido una historia de pecado entre la creación del hombre y su redención. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma, al cual el cristiano ha hecho juramento —en el día de su bautismo— de desobediencia, de plantarle cara, para pertenecer sólo al Señor y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo.

Pero el bautizado continúa viviendo en este mundo y no en otro, no renuncia a la ciudadanía de este mundo ni le niega su honesta aportación para sostenerlo y para mejorarlo; los deberes de ciudadanía cívica son también deberes cristianos; pagar los impuestos es un deber de justicia para el cristiano. Jesús dijo que sus seguidores estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cf. Jn 17,14-15). No pertenecemos al mundo incondicionalmente, sólo pertenecemos del todo a Jesucristo y a la Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para desembarcarnos en la patria definitiva del cielo.



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados