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General: EVANGELIO DE HOY LUNES 19 DE AGOSTO DE 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 19/08/2013 20:40
 
 
 
 

 

Lunes de la vigésima semana del tiempo ordinario

Libro de los Jueces 2,11-19. 
Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor y sirvieron a los Baales. 
Abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había hecho salir de Egipto; fueron detrás de otros dioses - los dioses de los pueblos vecinos - y se postraron delante de ellos, provocando así la indignación del Señor. 
Abandonaron al Señor para servir a Baal y a Astarté. 
Por eso, la ira del Señor se encendió contra Israel: él los puso en manos de salteadores, que los despojaron; los entregó a los enemigos que tenían a su alrededor, y no pudieron oponerles resistencia. 
En todas las campañas, la mano del Señor se ponía en contra de ellos para hacerles mal, como el mismo Señor lo había dicho y jurado. Así se encontraron en una situación muy angustiosa. 
Entonces el Señor suscitaba jueces, que salvaban a los israelitas del poder de los salteadores. 
Pero los israelitas no escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían, yendo detrás de otros dioses y postrándose delante de ellos. Se desviaban muy pronto del camino seguido por sus padres, que habían obedecido los mandamientos del Señor. Ellos, en cambio, no hacían lo mismo. 
Cuando el Señor les suscitaba jueces, estaba con el juez y los salvaba de las manos de sus enemigos mientras vivía el juez, porque se compadecía de los gemidos que les provocaban sus opresores y perseguidores. 
Pero cuando moría el juez, volvían a pervertirse más aún que sus antepasados: iban detrás de otros dioses para servirlos y postrarse delante de ellos, sin renunciar en nada a sus malas acciones y a su conducta obstinada. 


Salmo 106(105),34-35.36-37.39-40.43ab.44. 
No acabaron con los pueblos 
que el Señor les había ordenado;
se mezclaron con los paganos 
y aprendieron sus modos de comportarse.

Sirvieron a los ídolos, 
que fueron una trampa para ellos;
sacrificaron sus hijos y 
sus hijas a los demonios

Se mancharon con esas acciones, 
se prostituyeron con tales prácticas.
La cólera del Señor se encendió contra su pueblo 
y tuvo horror de su propia gente.

¡Cuántas veces no los liberó! 
Pero ellos, rebeldes a sus consejos, 
se sumían en su culpa.
Mas apenas los veía en la miseria 
y escuchaba sus clamores,



Evangelio según San Mateo 19,16-22. 
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". 
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos". 
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, 
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". 
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". 
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

 

 

 
FONDO BY ZARA
 
 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 19/08/2013 20:40

Comentario: Rev. D. Óscar MAIXÉ i Altés (Roma, Italia)

¿Qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?

Hoy la liturgia de la palabra pone ante nuestra consideración el famoso pasaje del joven rico, aquel joven que no supo responder ante la mirada de amor con que Cristo se fijó en él (cf. Mc 10,21). Juan Pablo II nos recuerda que en aquel joven podemos reconocer a todo hombre que se acerca a Cristo y le pregunta sobre el sentido de su propia vida: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» (Mt 19,16). El Papa comenta que «el interlocutor de Jesús intuye que hay una conexión entre el bien moral y el pleno cumplimiento del propio destino».

También hoy, ¡cuántas personas se hacen esta pregunta! Si miramos a nuestro alrededor, podemos quizá pensar que son pocas las personas que ven más allá, o bien que el hombre del siglo XXI no necesita hacerse este tipo de preguntas, ya que las respuestas no le sirven.

Jesús le responde: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno sólo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mt 19,17). No es solamente legítimo el preguntarse acerca del más allá, sobre el sentido de la vida, sino que... ¡es necesario hacerlo! El joven le ha preguntado qué tiene que hacer para alcanzar la vida eterna, y Cristo le responde que tiene que ser bueno. 

Hoy día, para algunos o para muchos —¡qué más da!— puede parecer imposible “ser bueno”... O bien, les puede parecer algo sin sentido: ¡una tontería! Hoy, como hace veinte siglos, Cristo nos sigue recordando que para entrar en la vida eterna es necesario cumplir los mandamientos de la ley de Dios: no se trata de un “óptimo”, sino que es el camino necesario para que el hombre se asemeje a Dios y así pueda entrar en la vida eterna de manos de su Padre-Dios. En efecto, «Jesús muestra que los mandamientos no deben ser entendidos como un límite mínimo que no hay que sobrepasar, sino como una senda abierta para un camino moral y espiritual de perfección, cuyo impulso interior es el amor» (Juan Pablo II).



 
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