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OJOS
Ojos que miran con suave dulzura y que me hace feliz contemplarlos, pues me transmiten tan solo al mirarlos ese caudal que me ahoga en ternura.
Ojos que cantan la suave blancura de un alma tierna que goza al mostrarlos, y que me invitan tenaces a amarlos, al enseñar de su dueña la albura.
Dicen que son el espejo del alma, y que tras ellos se ve la fragancia del tierno amor que su brillo resguarda.
Y así tus ojos transmiten la calma, al hechizar con la leve prestancia de esa bondad que en tu pecho se guarda.
Antonio Pardal |
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