EL DULCE PERFUME DE LA GRATITUD
Una virtud valiosa, que puede o no, atravesar nuestras
vidas, es la gratitud. Sólo depende de nosotros.
Ojalá el cálido aroma de la gratitud me acompañe siempre
y sea consciente de que en la balanza de la vida el bien
pesa mucho más que el mal.
Si el peso de la aflicción amenaza con doblegarnos,
debemos apreciar lo positivo y orar con un sentido de
reconocimiento y una perfecta alabanza.
Siempre he admirado a Roberto Carlos, quien canta
jubiloso: "Por eso digo, te agradezco, Señor, un día más...
te agradezco, Señor, nuevamente agradezco, Señor..."
La gratitud es una puerta abierta al optimismo.
Nada mejor que dar gracias sin cesar.
Es la mejor plegaria.
A/D
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