¿Me amas? ¿Cuanto me amas? Esas son preguntas que todos deseamos formular, y también, esperamos que las respuestas sean abundantes. Pero ésta es una área en donde los afectos son muy escasos, porque la mayoría de las personas, dan su amor pero por conveniencias propias, quedando un pequeño margen, para los que son sinceros.
En los últimos tiempos, en donde la población vive saturada al ritmo de las fuertes presiones, motivadas por la competencia, las distancias y los altos índices de endeudamientos, dan como resultado, que en muchos hogares no exista comunicación, y cada quien vive a su manera, y no permite que nadie se meta en sus cosas.
Todo esto, va generando una frialdad, la cual se notará cuando ya es demasiado tarde para solucionarlo, creando un ambiente difícil y muy poco negociable.
Las preguntas: ¿Me amas? ¿Cuanto me amas? quedan sin respuestas, y en cada corazón se va formando una sequedad y tristeza, que terminan dañando a las almas hasta llevarlas al nivel de sentirse muertos en vida.
Si tú te sientes así, o en tu familia o trabajo cada día te atacan y sientes que nadie te ama, ahora es el momento de meditar en la Palabra de Dios, la cual nos declara que el amor de Dios es inmenso, y El responde a tus preguntas: ¿Me amas? ¿Cuanto me amas? con la siguiente respuesta : “Tan inmenso es su amor por los que le honran, como inmenso es el cielo sobre la tierra”.
Ahora que ya sabes cómo te ama Dios y cuánto te ama, sucederá un milagro en tu vida, porque la Palabra de Dios tiene poder para sanar, liberar, restaurar y prosperar, si estabas como una planta marchita por falta de amor, ahora recibirás aguas celestiales de amor, que correrán por todo tu ser, recibiendo vida y llevando muchos frutos.