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General: Los Santos de hoy sábado 14 de septiembre de 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 14/09/2013 16:38
campitos0 ha eliminado este mensaje


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 14/09/2013 16:40
Los Santos de hoy sábado 14 de septiembre de 2013
 Alberto de Jerusalén, Santo
Obispo, 14 de septiembre
 Exaltación de la Santa Cruz
Fiesta, 14 de septiembre
 Pedro de Tarantasia, Santo
Obispo 14 de septiembre
 Materno Santo
Obispo, 14 de septiembre
 Gabriel Taurino Dufresse, Santo
Obispo y Mártir, 14 de septiembre
 Notburga, Santa
Laica Virgen, 14 de septiembre
 Anastasio Pedro (Pedro Bruch Cortecáns), Beato
Religioso y Mártir, 14 de septiembre

 

 

 

Alberto de Jerusalén, Santo
Obispo, 14 de septiembre
 
Alberto de Jerusalén, Santo
Alberto de Jerusalén, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Tolemaida (San Juan de Acre), cerca de la actual Haifa, en Palestina, san Alberto (de Castro Gualteri), obispo, que, trasladado de la Iglesia de Vercelli a la de Jerusalén, dio una Regla a los eremitas del monte Carmelo y, mientras celebraba la fiesta de la Santa Cruz, fue asesinado por la espada de un malvado, a quien había reprendido (1215).

Etimología: Alberto = Aquel de nobleza brillante. Viene de la lengua alemana.

No es carmelita en sentido estricto, pero la Orden del Carmen lo celebra con toda propiedad como a hijo querido por haber sido su Legislador.

Nació en Castel Gualtien, diócesis de Reggio Emilia (Italia), a mediados del siglo XII de la familia Avogadro o de los condes Sabbioneta.

En 1180 fue elegido Prior de los Canónigos Regulares de Santa Cruz de Mortara (Pavía). En 1184 es elegido obispo de Bobbio y al año siguiente de Vercelli, diócesis que gobernó por espacio de veinte años.

Durante este tiempo desempeñó, con gran acierto, delicadas misiones nacionales e internacionales, encargado por papas y emperadores. Todos acudían a él, sabedores de su prudencia, firmeza e independencia.

Fue lo que suele llamarse "experto árbitro" de los más intrincados litigios que tenían relación con la Iglesia.

Dadas sus cualidades y mirando el bien de la Iglesia universal, el papa Inocencio III lo nombró Patriarca de Jerusalén , aunque le dolió perder este sujeto, del que dijo en 17.2.1205:"... aunque nos eres muy necesario en la región de Lombardía, pues confiamos plenamente en ti para que nos representes incluso en los más dificiles asuntos"...

El 16.6.1205 anunciaba este mismo papa a los prelados de Tierra Santa que les enviaba a Alberto, "varón probado, discreto y prudente como legado suyo para la provincia eclesiástica de Jerusalén".

Llegó a Palestina a principios de 1206 y fijó su residencia en Accón (San Juan de Acre) porque Jerusalén estaba ocupada por los sarracenos.

Sus extraordinarias cualidades de experto mediador también las ejercitó con fruto durante los nueve años que duró su patriarcado.

Para nosotros - los carmelitas - su obra más benemérita fue la entrega de la Regla o Norma de vida que lleva su nombre y que aún hoy observa el Carmelo en todas sus múltiples Ramas.

El 14.9.1214, en Accón, mientras participaba San Alberto en una procesión, fue asesinado a puñaladas por el Maestro del Hospital del Espíritu Santo, al cual había reprendido y depuesto de su cargo a causa de su mala vida.

Su recuerdo, que comenzó a celebrarse en la Orden en 1504, celebramos ahora el 17 de septiembre con la categoría de fiesta.

Su espiritualidad

Por los años 1206-1209, a petición de los eremitas que moraban en el Monte Carmelo, entregó al "hermano e (rocardo) y compañeros" una Norma de vida o Regla, que llamamos "Regla de San Alberto".

Alberto codificó en breves trazos, ricos en citas bíblicas, la tradición monástica del Carmelo. Son normas concretas y prescripciones disciplinares. insiste, sobre todo, en la meditación de la Palabra de Dios para mejor servir a Jesucristo, en la oración, silencio,´ mortificación y trabajo.

La entregó en un solo cuerpo, pero hoy la tenemos dividida en un prólogo, dieciocho capitulillos y un epílogo.

Cantidad enorme de autores de dentro y fuera de la Orden han comentado durante estos más de siete siglos que cuenta de vida, este maravilloso documento legistavio-espiritual.

Muchos hombres y mujeres se santificaron observando esta Regla, que fue aprobada y transforada por varios Pontífices.

El himno del Oficio de Lecturas de su fiesta sintetiza su espiritualidad:

Alberto, sol refulgente, / pastor y legislador, / tus hijos hoy te celebran, / escucha su invocación./ De la paz y la concordia, Imensajero sembrador,/ eres faro que nos das / en fe y costumbres fulgor. / Patrias fronteras rebosa / de tu virtud el olor; / y llena Jerusalén / tu dignidad y tu honor./ Resplandeciendo en la Iglesia/santo y prudente rector, len santa Regla al Carmelo / guias por sendas de amor. / Haz que en nosotros aumenten / caridad, gracia, oración; / y contigo a Dios rindamos / sempiterna adoración. Amén.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 14/09/2013 16:44
Pedro de Tarantasia, Santo
Obispo 14 de septiembre
 
Pedro de Tarantasia, Santo
Pedro de Tarantasia, Santo

Obispo de Tarantasia

Martirologio Romano: En el monasterio de Bellevaux, en la región de Besançon, en Francia, tránsito de san Pedro, obispo, que, siendo abad cisterciense, fue promovido a la sede de Tarantasia, rigiéndola con fervorosa diligencia y esforzado fomento de la concordia entre los pueblos (1174).

Etimológicamente: Pedro = Aquel que es firme como la piedra, es de origen latino.

Fecha de canonización: Su canonización la realizó en 1191 el Papa Clemente III
Nació en Saboya, en el Bourg de Saint Maurice, cerca de Vienne. Fue hijo de labradores y también debería ser labrador en el futuro, ya que el primogénito Lamberto se dedicaría a los estudios, pero su inteligencia desde pequeño hizo que también ocupara los duros bancos del cultivo intelectual y se enfrentara con los pergaminos para leer latín y griego, adquirir las nociones de filosofía y familiarizarse con los escritos de los Padres antiguos, la Sagrada Escritura y los cánones de la Iglesia.

A los veinte años comunica a su padre los deseos de entrar en la vida contemplativa y dedicarse a las cosas de Dios en el silencio del recién fundado monasterio cisterciense de Boneval. 

La primera generosidad del padre se ve premiada con la vocación de todos los miembros de la familia a la vida contemplativa; los varones se van incorporando sucesivamente al mismo monasterio, incluido el padre, y las hembras van pasando a ocupar el recoleto recinto del convento de religiosas, sin que falte la madre.

Proliferan las vocaciones; no hay sitio en el convento; nacen nuevos monasterios. El abad de Boneval establece una nueva casa en la ladera de los Alpes, donde confluyen los pasos y caminos, que recibe el nombre simbólico de Estamedio y allí va nombrado como abad Pedro. Pronto corren las voces que hablan de las virtudes del joven abad por el ducado de Saboya y por el contiguo Delfinado.

Al morir el obispo de Tarantasia (Tarentaise o Tarantaise) en la provincia saboyana en cuyo territorio está afincado el monasterio-hospital de Estamedio, el clamor popular clama porque ocupe la sede el abad; parece que el papa aprueba y nombra a Pedro que sigue resistiéndose a mudar la paz del claustro por los asuntos episcopales. Hace falta que el clero y el pueblo acudan al Capítulo General de la Orden del Císter para pedir a Bernardo que le mande aceptara

Así se ha convertido Pedro en obispo de la diócesis más abandonada del mundo que parece encerrar todos los males de la época: la dureza del régimen feudal, fermentos de herejía, hurtos, simonía, flaquezas, codicias y supersticiones. No queda otro remedio que ponerse a rezar, hacer penitencia y tener comprensión que es caridad; son necesarias energía y austeridad para servir de ejemplo a los orgullosos señores y hacerse respetar por los clérigos levantiscos, perezosos y aseglarados que han conseguido fabricar unos fieles indolentes. Piensa que el régimen conventual es la llave del secreto que va a propiciar un cambio a mejor; se levanta para maitines y ya no se vuelve a acostar; su dieta son legumbres cocidas y sin condimentar, aunque las puertas del palacio episcopal están abiertas para el indigente que llama; va y viene a pie de un sitio a otro por su diócesis buscando al pecador arrepentido, consolando al que está apesadumbrados y acompañando a los menesterosos; alguna vez da a un mendigo su propia ropa para mitigar su frío, porque no tiene otra cosa que dar. Deja tras de sí un reguero de paz, incluso monta dos refugios en los abruptos pasos alpinos y encomienda su custodia a los monjes de Estamedio para que sirvieran de abrigo a peregrinos y caminantes. 

El fiel cumplimiento de su ministerio episcopal llevado con sacrificio continuado da el normal resultado con la gracia de Dios. El éxito en lo humano es tan grande que tiene miedo de dejarse prender en las redes de la soberbia y toma una decisión espectacular por lo infrecuente. De noche y a escondidas desaparece del palacio episcopal, pasa a Alemania y pide un sitio en una abadía de la Orden como un simple hermano converso, empezando a cargar con los oficios más sencillos y penosos de la casa. Sólo con el paso del tiempo se conoció la verdadera personalidad del famoso y misteriosamente desaparecido obispo de Tarantasia cuya historia llevaban los soldados, mercaderes y juglares por Europa, al ser descubierto por un joven tarantasiano que allí pidió albergue.

Cuando se reincorpora a la sede aún vacante de Tarantasia, interviene en la solución de las tensiones entre los monarcas de Francia e Inglaterra enfrentados por ambiciones personales y por el cisma provocado por el emperador Federico de Alemania a la muerte del papa Adriano IV, queriendo mantener al antipapa Víctor frente al legítimo papa, Alejandro III.

Murió en el 1174, cuando regresaba de una delicada misión encomendada por el papa, como legado suyo, en Francia, Saboya, Lorena e Italia. Enfermó gravemente en la aldea cercana al monasterio cisterciense de Bellvaux. Muy poco tiempo después, en el año 1191, el papa Celestino III lo canonizó.


 
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