" FELICIDAD DÍA A DÍA "
Quien sólo se siente feliz y a gusto consigo mismo cuando las cosas salen bien, lo normal es que con frecuencia se sienta desgraciado. El constructor se procura paz, sosiego interior y felicidad en cualquier circunstancia.
Tú ya eres felicidad, pero en lugar de vivir la dicha y el privilegio de tu propia vida –de lo que eres-, te dedicas a buscar la razón de tu alegría y de tus ganas de vivir, en lo que puedan ofrecerte las personas, las cosas y las circunstancias: que el día amanezca soleado o nublado; o que las personas con las que vives o trabajas, te hagan grata la jornada.
Ahí está el gravísimo error y la causa de por qué no solo cualquier persona corriente, sino incluso algunos grandes escritores, se mofen de la palabra “felicidad” y de cuantos pretenden defender que es posible ser felices.
Condicionar la felicidad, el gozo de vivir y la aceptación de la realidad, equivale a negar a cualquiera la posibilidad de ser feliz, el constructor no tarda en entender que sólo es posible una felicidad no condicionada. Hasta que no asumas que tú ya eres felicidad y que nadie puede proporcionarte algo que solo depende de ti, no habrás avanzado nada.
La felicidad es una actitud personal interior, pensada y decidida ante la vida, como talante, como opción saludable. El constructor es consciente de que la felicidad es posible y depende del tipo de respuesta que dé en cada situación, momento o circunstancia.
Como bien dijo M. Katzer: “El hombre interpreta la partitura que él mismo ha compuesto, y vive la vida que él mismo hace”.