LA VOZ DE LA FELICIDAD
(Cuento Zen)
Después de la muerte del Maestro Bankei, un ciego que vivía cerca del
templo, le dijo a un amigo:
-"Como estoy ciego, no puedo ver la cara de las personas, y debo juzgar
su carácter por el sonido de su voz. En general, cuando oigo a alguien felicitar
a otro por su felicidad o por su éxito, también oigo un tono de envidia secreta.
Cuando se expresa condolencia por la desgracia ajena, percibo placer y
satisfacción, como si el que se compadece estuviera en realidad contento
porque queda algo de lo que él puede aprovecharse.
Sin embargo, en toda mi existencia, la voz de Bankei siempre fue sincera.
Cada vez que expresaba felicidad, no oía más que felicidad, y cada vez que
expresaba aflicción, aflicción era todo lo que oía".
¿Podrían decir lo mismo de nosotros?
del libro "101 cuentos zen"
|