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General: EVANGELIO DE HOY SÁBADO 26 DE OCTUBRE DE 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 27/10/2013 08:16

yosoyelcamino.gif picture by judaporsiempre

yosoyelcamino1.gif picture by judaporsiempre

 

Sábado de la vigésima novena semana del tiempo ordinario

Carta de San Pablo a los Romanos 8,1-11. 
Por lo tanto, ya no hay condenación para aquellos que viven unidos a Cristo Jesús. 
Porque la ley del Espíritu, que da la Vida, me libró, en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte. 
Lo que no podía hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios lo hizo, enviando a su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado, y como víctima por el pecado. Así él condenó el pecado en la carne, 
para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que ya no vivimos conforme a la carne sino al espíritu. 
En efecto, los que viven según la carne desean lo que es carnal; en cambio, los que viven según el espíritu, desean lo que es espiritual. 
Ahora bien, los deseos de la carne conducen a la muerte, pero los deseos del espíritu conducen a la vida y a la paz, 
porque los deseos de la carne se oponen a Dios, ya que no se someten a su Ley, ni pueden hacerlo. 
Por eso, los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios. 
Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo. 
Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia. 
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes. 


Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6. 
Del Señor es la tierra y lo que contiene, 
el mundo y todos sus habitantes;
pues él la edifició sobre los mares, 
y la puso más arriba que las aguas.

¿Quién subirá a la montaña del Señor? 
¿Quién estará de pie en su santo recinto?
El de manos limpias y de puro corazón,
el que no pone su alma en cosas vanas 
ni jura con engaño.

Ese obtendrá la bendición del Señor 
y la aprobación de Dios, su salvador.
Así es la raza de los que Le buscan, 
de los que buscan tu rostro, ¡Dios de Jacob!



Evangelio según San Lucas 13,1-9. 
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. 
El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? 
Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. 
¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 
Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera". 
Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. 
Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'. 
Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. 
Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'".

yosoyelcamino1.gif picture by judaporsiempre

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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 27/10/2013 08:17


Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)

Fue a buscar fruto (...) y no lo encontró

Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el inconveniente de la hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita aparenta ser lo que no es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud (aspecto moral) siendo vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno mismo y sus propios intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el mundo, la religiosa perjudica a la Iglesia.

Las invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos —más claras y directas en otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos leer o escuchar lo que acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos lleguen al fondo del corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido. 

Lo diré en plural personal, ya que todos experimentamos la distancia entre lo que aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los políticos cuando nos aprovechamos del país proclamando que estamos a su servicio; los cuerpos de seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en nombre del orden público; el personal sanitario cuando suprimimos vidas incipientes o terminales en nombre de la medicina; los medios de comunicación social cuando falseamos las noticias y pervertimos al personal diciendo que lo estamos divirtiendo; los administradores de los fondos públicos cuando desviamos una parte de ellos hacia nuestros bolsillos (individuales o de partido) y alardeamos de honestidad pública; los laicistas cuando impedimos la dimensión pública de la religión en nombre de la libertad de conciencia; los religiosos cuando vivimos de nuestras instituciones con infidelidad al espíritu y a las exigencias de los fundadores; los sacerdotes cuando vivimos del altar pero no servimos abnegadamente a nuestros feligreses con espíritu evangélico; etc.

¡Ah!: y tú y yo también, en la medida en que nuestra conciencia nos dice lo que tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para dedicarnos únicamente a ver la paja en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta siquiera de la viga que ciega el nuestro. ¿O no?

—Jesús, Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras pequeñas, medianas y grandes hipocresías!



 
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