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General: EVANGELIO DE HOY MARTES 23 DE DICIEMBRE DEL 2013
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2013 23:39
Glimpse into my tree por frazz46.





                       Natividad del Señor (Misa de medianoche)

Libro de Isaías 9,1-6. 
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. 
Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia. como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. 
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. 
Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. 
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: "Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz". 
Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto. 


Salmo 96(95),1-2a.2b-3.11-12.13. 
¡Canten al Señor un canto nuevo, 
cante al Señor toda la tierra!
Canten al Señor, bendigan su nombre, 


su salvación anuncien día a día.
Cuenten su gloria a las naciones 
y a todos los pueblos sus maravillas.

¡Gozo en los cielos, júbilo en la tierra, 
bramido del mar y del mundo marino!
Muestren su júbilo el campo y todos sus frutos, 
lancen vivas los árboles del bosque.

Lancen vivas delante del Señor, 
porque ya viene a juzgar a la tierra. 
Al mundo con justicia juzgará, 
y a los pueblos, según su verdad. 



Carta de San Pablo a Tito 2,11-14. 
Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. 
Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, 
mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. 
El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien. 


Evangelio según San Lucas 2,1-14. 
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. 
Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. 
Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. 
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, 
para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. 
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; 
y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. 
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. 
De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, 
pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: 
Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. 
Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". 
Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: 
"¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!". 






                                            



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 27/12/2013 23:41

Comentario: Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents (Terrassa, Barcelona, España)

Harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas

Hoy, el Evangelio recoge el canto de alabanza de Zacarías después del nacimiento de su hijo. En su primera parte, el padre de Juan da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él rezuma alegría y esperanza al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel, que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por el hijo de Zacarías.

Ya sabemos que Zacarías había sido castigado por Dios a causa de su incredulidad. Pero ahora, cuando la acción divina es del todo manifiesta en su propia carne —pues recupera el habla— exclama aquello que hasta entonces no podía decir si no era con el corazón; y bien cierto que lo decía: «Bendito el Señor Dios de Israel...» (Lc 1,68). ¡Cuántas veces vemos oscuras las cosas, negativas, de manera pesimista! Si tuviésemos la visión sobrenatural de los hechos que muestra Zacarías en el Canto del Benedictus, viviríamos con alegría y esperanza de una manera estable.

«El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo, luz. Una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de la muerte, es decir, ¡a nosotros! ¡Ojalá que nos demos cuenta con plena conciencia de que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, viene a guiarnos, a señalarnos por dónde hemos de andar...! ¡Ojalá que nos dejáramos guiar por sus ilusiones, por aquellas esperanzas que pone en nosotros!

Jesús es el “Señor” (cf. Lc 1,68.76), pero también es el “Salvador” (cf. Lc 1,69). Estas dos confesiones (atribuciones) que Zacarías hace a Dios, tan cercanas a la noche de la Navidad, siempre me han sorprendido, porque son precisamente las mismas que el Ángel del Señor asignará a Jesús en su anuncio a los pastores y que podremos escuchar con emoción esta misma noche en la Misa de Nochebuena. ¡Y es que quien nace es Dios!


 
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