Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 5 DE MARZO DEL 2014
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 05/03/2014 13:39

Miércoles de Ceniza

Libro de Joel 2,12-18. 
Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. 
Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de tus amenazas. 
¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios! 
¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, 
reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! 
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?". 
El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo. 


Salmo 51(50),3-4.5-6a.12-13.14.17. 
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, 
por tu gran corazón, borra mi falta.
Que mi alma quede limpia de malicia, 
purifícame de mi pecado.

Pues mi falta yo bien la conozco 
y mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti sólo pequé. 

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, 
renueva en mi interior un firme espíritu.
No me rechaces lejos de tu rostro 
ni me retires tu espíritu santo.

Dame tu salvación que regocija, 
y que un espíritu noble me dé fuerza.
Señor, abre mis labios 
y cantará mi boca tu alabanza.



Carta II de San Pablo a los Corintios 5,20-21.6,1-2. 
Hermanos: 
Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios. 
A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él. 
Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. 
Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. 


Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18. 
Jesús dijo a sus discípulos: 
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. 
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, 
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. 
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 
para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 05/03/2014 13:40

Comentario: Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez (Campeche, México)

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos

Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20). 

La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres. 

Benedicto XVI ha insistido en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: DULCEPOEMA Enviado: 07/03/2014 16:28
Dulcepoema%bendicionespaisajemar%LeditaSaurezC%lpm


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados