FLORES PARA EL AMOR
¡Amor, amor, amor!
Una palabrita tan chiquita que se hace gigante. Una palabrita tan chiquita,
donde cabe todo. ¡Una palabrita tan fácil de pronunciar y tan difícil de vivir!
Cuatro letras solamente. Pero son los cuatro brazos de tu cruz, los cuatro ejes
que te sostienen, los cuatro resortes que te mueven y las cuatro rosas que te
perfuman.
Amor, tan intangible y tan palpable, tan fugaz y tan eterno, tan raíz y tan flores,
tan recóndito y tan lleno de luz.
Amor, se dice en un suspiro, se pierde en su adiós. Vuela como el viento, ¡pero
nada te lo arranca del corazón!
Para construir el amor, se necesita un cimiento de piedra, un poco de poesía, la
mano maestra de Dios, ¡y el pulimento que le vas poniendo todos los días!
No lo hagas con rendijas para las palabras, goticas para el rocío, hilitos para
la luz. Hazlo con más raíz que ramaje, más savia que flores y más "nido" que
follaje. Hazlo más tupido, más trenzado, más impenetrable, más tuyo,
"más tronco".
Que tu amor sea tierno para la vida, sensible para las emociones, sostenedor
para el camino, tibio en la penumbra, ¡y ardiente bajo el sol!
Zenaida Bacardí de Argamasilla
|