LA SONRISA
La sonrisa es ese algo luminoso con que nos acercamos a los demás.
La sonrisa es como una llamita interior que se enciende a tu contacto
para saludarte.
La sonrisa es como el desbordar de algo que nace dentro, que se da
espontáneamente, no se puede arrebatar, forzar ni pedir. Brota sola
y así, por su cuenta, se prende al rostro del que elige.
La sonrisa es como una transmisión de simpatía que nos hace sentir
livianos y alegres.
Sonreir es acoger, confortar, abrir el paso, invitar a pasar. Subir
un peldaño en el amor.
La sonrisa es como una gota pequeña, pero en esa gotita cabe el mar.
Hay sonrisas suaves que humedecen los labios entreabiertos, por los
que parece que se escapan las estrellas.
Sonreir es querer soñar dentro del otro. La sonrisa acaricia, retiene,
perdona, habla. Es una moneda de valor incalculable. No vale hasta
que se reparte. Y no enriquece hasta que se regala.
Todos nos apoyamos en ella, aunque nadie se da cuenta.
No escatimes tu sonrisa al que te la niegue, esos que la agotan por la vida
y la apagan con el viento, son los que más la necesitan. Sonríele a ese
prójimo serio, triste, envejecido.
Bajo tu sonrisa podrán salvarse muchos de los que están desesperados,
y curarse muchos de los que pasan enfermos.
Que a los míos, y a todos los que amo, no les falte nunca una sonrisa.
Zenaida Bacardí de Argamasilla
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