"Y Jesús le dijo: Bien, iré y le sanaré"
Mateo 8:7
Jesús está presto a curarnos, tanto de las enfermedades físicas como espirituales.
Si estamos sufriendo por falta de amor, por el exceso de egoísmo, por la inconveniencia de las dudas,
por la falta de fe y esperanza, entreguemos nuestra vida a Él que luego nos curará.