ENTRE PROMESA Y SENTENCIA
Donde se arriesga el cielo
para besar al mar
ahí te espero con celo
para dejarme besar.
Donde alcanza el riachuelo
absoluta salinidad
ahí mismito te espero
para dejarme atrapar.
Donde el sol pierde el consuelo
de la luna alcanzar
ahí será nuestro encuentro
cuando te decidas buscar.
Donde retumban los truenos,
donde todo parece estallar
ahí estaré sin remedio,
esperando me puedas alcanzar.
Dónde surten los remedios,
donde no existe la maldad
ahí te entregaré mi cuerpo
en acto rotundo y total.
Donde todo se parece,
pero nada es igual
ahí te devuelvo con creces
lo que me entregaste al marchar.
Donde alcanzan los cipreses
su desarrollo formal
ahí será nuestra unión... ¡y que suenen!
coros y marcha nupcial.
Donde se adormece el fuego
-esperando oscuridad-
ahí compartiremos verbo e intelectualidad
para que la luz de mis ojos alumbre tu cielo
y el ardor de tus besos caliente mi humanidad.
Elizabeth Urribarri