FIESTA DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

                                           CORPUS CHRISTI

                                     

Queridos hermanos, creyentes en Jesucristo:

Hoy celebramos la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo. Es la fiesta del Amor hecho alimento para nuestra vida sana, que estamos llamados a compartir. Nuestro Nombre de “cristianos” será realidad sólo, si el encargo que nos dejó de “AMAROS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO” no lo hemos olvidado, convirtiendo el mensaje cristiano en puro sentimentalismo intimista en provecho propio, que nos incapacita para ver más allá de nuestra propia sombra.

                Quédate con nosotros, Señor, porque ya es tarde y nos quedamos sin luz. Quédate con nosotros, Jesús, para que tengamos vida y vida abundante y robusta que se expanda y engendre nuevos discípulos tuyos. Quédate para que a tu calor se abra nuestro corazón y disfrute participando de todo lo que nos llega, mientras aportamos a la mesa común lo que tenemos. Sí, para que todo el mundo se sacie, y te reconozcan, viendo que eres tú, Jesús, el que haces el milagro de multiplicar lo que damos con sencillez y amor a la mesa común que se ha agrandado  y hecho fraterna.

Dios nos necesita, amigos, para poder multiplicar nuestra pequeña aportación, como necesitó a aquel muchacho que sacó lo que había en su alforja, cinco panes y dos peces. Aquí tengo esto,dijo. No es mucho. Sólo son los primeros panes del banquete pero no serán los únicos.                                                                                                        Tu, que me escuchas o me estás leyendo. Corre la voz de que hay hermanos que lo están pasando mal y entre todos haremos una mesa sin lujos pero grande y con capacidad para todos. Ella será capaz de conservar la  fe en Dios-Padre y la esperanza en los hermanos, que compartimos lo que tenemos en nuestra casa para que en la tuya no haya hambre, desesperación y muerte. Otra vez serás tu quien la abre para que, a pesar del paro,  la escasez y los problemas todos podamos ver sonreír a los nuestros.                                                                                                                           Es un verdadero desafío el que tenemos hoy los cristianos y sin orgullo ciego y con corazón agradecido damos las gracias a La Asociación Caritas con sus miles de voluntarios porque, como no podía ser menos, ah estado ahí, dispuesta a ayudar a los más débiles. Estamos demostrando que hablamos, predicamos y damos trigo como nadie en estos años de paro y angustia en miles de familias. Sabemos que hay mucha gente indiferente y hasta nos odian pero, no por lo que hacemos mal (que también lo hacemos) sino por lo que hacemos bien y les duele que precisamente eso lo hayamos aprendido de la FE CRISTIANA. Esta es nuestra baza que por nada ni nadie nos dejaremos arrebatar.

                           “En esto conocerán que sois mis discípulos………dice el Señor”

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                                                                                                 Alonso