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General: EVANGELIO DE HOY LUNES 18 DE AGOSTO DEL 2014
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 18/08/2014 20:17
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 Lunes de la vigésima semana del tiempo ordinario

Libro de Ezequiel 24,15-24. 
La palabra del Señor me llegó en estos términos: 
Hijo de hombre, yo voy a arrebatarte de golpe la delicia de tus ojos, pero tú no te lamentarás, ni llorarás, ni derramarás lágrimas. 
Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo. 
Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa; y a la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado. 
La gente me dijo: "¿No vas a explicarnos qué significa lo que haces?". 
Yo les dije: Las palabra del Señor me llegó en estos términos: 
Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas que ustedes han dejado, caerán bajo la espada, 
y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba, no comerán el pan de duelo, 
no se quitarán el turbante de la cabeza ni las sandalias de los pies, no se lamentarán, ni llorarán, sino que se consumirán a causa de sus culpas y gemirán unos con otros. 
Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo, y cuando esto suceda sabrán que yo soy el Señor. 



Deuteronomio 32,18-19.20.21. 
Despreciaste a la Roca que te engendró, 
olvidaste al Dios que te hizo nacer.
Al ver esto, el Señor se indignó 
y desechó a sus hijos y a sus hijas. 

Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, 
para ver en qué terminan. 
Porque son una generación perversa, 
hijos faltos de lealtad. 

Provocaron mis celos con algo que no es Dios, 
me irritaron con sus ídolos vanos; 
yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo, 
los irritaré con una nación insensata. 




Evangelio según San Mateo 19,16-22. 
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". 
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos". 
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, 
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". 
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". 
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes. 



 

 

 

silvia6.png picture by silvygilbert

 




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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 18/08/2014 20:17


Comentario: Rev. D. Óscar MAIXÉ i Altés (Roma, Italia)

¿Qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?

Hoy la liturgia de la palabra pone ante nuestra consideración el famoso pasaje del joven rico, aquel joven que no supo responder ante la mirada de amor con que Cristo se fijó en él (cf. Mc 10,21). Juan Pablo II nos recuerda que en aquel joven podemos reconocer a todo hombre que se acerca a Cristo y le pregunta sobre el sentido de su propia vida: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» (Mt 19,16). El Papa comenta que «el interlocutor de Jesús intuye que hay una conexión entre el bien moral y el pleno cumplimiento del propio destino».

También hoy, ¡cuántas personas se hacen esta pregunta! Si miramos a nuestro alrededor, podemos quizá pensar que son pocas las personas que ven más allá, o bien que el hombre del siglo XXI no necesita hacerse este tipo de preguntas, ya que las respuestas no le sirven.

Jesús le responde: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno sólo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mt 19,17). No es solamente legítimo el preguntarse acerca del más allá, sobre el sentido de la vida, sino que... ¡es necesario hacerlo! El joven le ha preguntado qué tiene que hacer para alcanzar la vida eterna, y Cristo le responde que tiene que ser bueno. 

Hoy día, para algunos o para muchos —¡qué más da!— puede parecer imposible “ser bueno”... O bien, les puede parecer algo sin sentido: ¡una tontería! Hoy, como hace veinte siglos, Cristo nos sigue recordando que para entrar en la vida eterna es necesario cumplir los mandamientos de la ley de Dios: no se trata de un “óptimo”, sino que es el camino necesario para que el hombre se asemeje a Dios y así pueda entrar en la vida eterna de manos de su Padre-Dios. En efecto, «Jesús muestra que los mandamientos no deben ser entendidos como un límite mínimo que no hay que sobrepasar, sino como una senda abierta para un camino moral y espiritual de perfección, cuyo impulso interior es el amor» (Juan Pablo II).



 
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