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De: campitos0 (Mensaje original) |
Enviado: 08/10/2014 19:37 |
Los Santos de hoy miércoles 8 de octubre de 2014 |
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Pelagia de Antioquía, Santa |
Una mujer disfrazada de ermitaño, Octubre 8 |
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Pelagia de Antioquía, Santa |
Virgen y EremitaMartirologio Romano: En Antioquía, de Siria, santa Pelagia, virgen, a la que san Juan Crisóstomo dedica grandes alabanzas (c. 302).
La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de esta historia, que de algún modo lleva al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira... resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia.
Pelagia, era una muy celebrada y conocida comediante en Antioquía. Corría entonces el siglo V.
Siendo muy joven, había estado con los catecúmenos, olvidándolo después.
Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.
Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.
Se cuenta que un domingo, Pelagia, por curiosidad volvió a entrar a un templo, y al oír al obispo predicar sobre el infinito tesoro de la misericordia de Dios, su corazón se conmovió. Quiso rezar pero no pudo, porque ya no recordaba cómo hacerlo. Abandonó el templo con el deseo de dejar esa vida desordenada que llevaba. Se decidió a escribir al obispo. Le decía en su carta: "Al santo discípulo de Jesús: He oído decir que tu Dios bajó del cielo a la tierra para salvación de los hombres. Él no desdeñó hablar con la mujer pecadora. Si eres su discípulo, escúchame. No me niegues el bien y el consuelo de oír tu palabra para poder hallar gracia, por tu medio, con Jesucristo, nuestro Salvador."
El obispo, creyó en la sinceridad de Pelagia. Así fue bautizada y confirmada, recibiendo la Eucaristía. Desde ese momento, cambió su vida. Repartió entre los pobres sus joyas y bienes, liberó a sus esclavos y vistiendo una humilde túnica, dejó Antioquía.
Cerca de Jerusalén, halló una gruta, donde se decidió a morar, haciendo una vida austera, penitencia y oración. Por prudencia, ocultó su condición de mujer, y quien le preguntaba el nombre respondía que era "Pelagio". En ese tiempo, se desarrollaba el concilio de Antioquía y un diácono del obispo queriendo ir a Jerusalén, le pidió permiso al obispo para ir allí, diciendo que quería conseguir noticias sobre un ermitaño llamado Pelagio.
Llegó a encontrar a Pelagio en su cueva, quien lo recibió y volvió luego a encerrarse a rezar. Se cuenta que cuando volvió el diácono, Pelagio, ya no respondió. Cuando entraron en la cueva, encontraron muerto al ermitaño. Al disponerse a ungirlo con mirra -como entonces se usaba-, hallaron que era una mujer.
Vinieron entonces de los monasterios mujeres que estaban en Jericó y en el Jordán y marchando con cirios y luminarias y cantado himnos, dieron sepultura al cuerpo de Pelagia. Era un 8 de octubre del año 468.
Las singulares características de esta santa nos proporcionan la oportunidad de recordar que el riguroso apartamiento de los ermitaños no es una rareza, sino el fruto de un decidido y exclusivo anhelo de buscar a Cristo.
Figuras como las de Pelagia, recordaban proféticamente a la Iglesia de su tiempo el verdadero orden de los valores, oscurecido frecuentemente por los crecientes compromisos temporales. | |
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Felix de Como, Santo |
Obispo, 8 de octubre |
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Felix de Como, Santo |
ObispoEtimológicamente significa “feliz”. Viene de la lengua latina.
En el Diario de Dostoivski encontramos la bella palabra hebrea “Hosanna”. Expresa una alabanza a Dios, un agradecimiento. Todo creyente, empezando por los santos son personas agradecidas.
Félix fue obispo en el siglo IV. Esta preciosa ciudad ha contado a lo largo de su historia con varios obispos santos: Abundio, Ermágora y Amancio.
Pero entre todos ellos, Félix sobresalió porque llegó a muy anciano y porque fue el primer obispo de este sitio encantador.
Cada año se le recuerda el 18 de octubre. El Martirologio romano coloca su fiesta tal día como hoy.
Le tocó vivir en la mitad del siglo IV. La fecha de su muerte acaeció en el año 390.
Cuando fue elegido obispo de cómo, los paganos acampaban a sus anchas. Eran mayoría absoluta.
Desde que él entró a hacerse cargo de esta pequeña diócesis, todo fue cambiando lentamente pero con firmeza.
La comunidad cristiana constituyó para muchos paganos una forma excelente de vivir la fe en el Dios que proclamaban y al que oraban varias al día.
Las ceremonias religiosas, sus cantos, su participación en la Eucaristía dejaba atónitos a los paganos.
Su nombramiento como obispo provenía del gran san Ambrosio de Milán.
Dice este santo milanés que Félix trabajaba tanto que ni siquiera tuvo tiempo para escribirle una carta. Toda su vida fue una pura alabanza a Dios.
¡Felicidades a quien lleve este nombre! | |
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