PALABRAS DE LA MAGA -MASAJISTA DOÑA MAGDALENA
A ALEJANDRO JODOROWSKY
Deberíamos empezar por sentirnos cómodos en nuestro propio cuerpo.
Sin importar dónde estamos, ni tampoco la gente que nos rodea, nuestro
cuerpo es el lugar perfecto...
Sucede que hay personas que no están a gusto en ningún sitio, es porque
no están a gusto con su propio cuerpo.
La primera infancia se guarece en tus pies.
Si dejas a tu bebé encerrado allí, te traba la marcha, te sumerge en una
memoria que es cuna y prisión, te corta el futuro, te empantana en el pedir
sin dar y sin hacer.
Deja que la energía acumulada en tus plantas, dedos, empeine, suba hasta
las canillas, te transforme en niño: juega, baila, patea el aire como si fuera
un gigante al que dominas. Pero no te quedes ahí, asalta esa fortaleza al
parecer inexpugnable que son tus rodillas.
Por delante presentan una coraza al mundo, pero por detrás, en la intimidad,
te ofrecen la sensualidad del adolescente.
Las rodillas conquistan el mundo, te permiten ocupar como un rey tu territorio,
son los caballos feroces de tu carro. Pero si no sigues subiendo, madurando,
ahí te quedarás, encerrado en tu castillo. Vamos, entra en ellas y sube por tus
muslos, hazte adulto, en las articulaciones que unen tus húmeros a la pelvis
descubre la capacidad de abertura de tus piernas.
Ante ti, se presenta la sagrada columna, cada vértebra es un escalón que te
lleva de la tierra al cielo.
Desde la grandeza y potencia de las lumbares, trepa hasta las sentimentales
dorsales y llega a las lúcidas cervicales, para recibir la caja craneana, cofre
de los tesoros que culmina en diez mil pétalos abriéndose hacia la energía
luminosa que llueve del cosmos.
Y ahora que has aprendido a abrirte, no te quedes encerrado...
Alejandro Jodorowsky
De su libro: "El maestro y las magas"
|