Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 26 DE NOVIEMBRE DE 2014
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 26/11/2014 22:57
Miércoles de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario

Apocalipsis 15,1-4. 
Yo, Juan, vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Angeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios. 
También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, 
y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: "¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre? 
Sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos". 



Salmo 98(97),1.2-3ab.7-8.9. 
Canten al Señor un canto nuevo, 
porque él hizo maravillas: 
su mano derecha y su santo brazo 
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria, 
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Resuene el mar y todo lo que hay en él, 
el mundo y todos sus habitantes;
aplaudan las corrientes del océano, 
griten de gozo las montañas al unísono.

Griten de gozo delante del Señor, 
porque él viene a gobernar la tierra: 
él gobernará al mundo con justicia, 
y a los pueblos con rectitud.





Evangelio según San Lucas 21,12-19. 
Jesús dijo a sus discípulos: 
«Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, 
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. 
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, 
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. 
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. 
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. 
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. 
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»



»¦«maiev25»¦«2009»¦«


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 26/11/2014 22:58

Comentario: Rvdo. D. Manuel COCIÑA Abella (Madrid, España)

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

Hoy ponemos atención en esta sentencia breve e incisiva de nuestro Señor, que se clava en el alma, y al herirla nos hace pensar: ¿por qué es tan importante la perseverancia?; ¿por qué Jesús hace depender la salvación del ejercicio de esta virtud?

Porque no es el discípulo más que el Maestro —«seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Lc 21,17)—, y si el Señor fue signo de contradicción, necesariamente lo seremos sus discípulos. El Reino de Dios lo arrebatarán los que se hacen violencia, los que luchan contra los enemigos del alma, los que pelean con bravura esa “bellísima guerra de paz y de amor”, como le gustaba decir a san Josemaría Escrivá, en que consiste la vida cristiana. No hay rosas sin espinas, y no es el camino hacia el Cielo un sendero sin dificultades. De ahí que sin la virtud cardinal de la fortaleza nuestras buenas intenciones terminarían siendo estériles. Y la perseverancia forma parte de la fortaleza. Nos empuja, en concreto, a tener las fuerzas suficientes para sobrellevar con alegría las contradicciones.

La perseverancia en grado sumo se da en la cruz. Por eso la perseverancia confiere libertad al otorgar la posesión de sí mismo mediante el amor. La promesa de Cristo es indefectible: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (Lc 21,19), y esto es así porque lo que nos salva es la Cruz. Es la fuerza del amor lo que nos da a cada uno la paciente y gozosa aceptación de la Voluntad de Dios, cuando ésta —como sucede en la Cruz— contraría en un primer momento a nuestra pobre voluntad humana. 

Sólo en un primer momento, porque después se libera la desbordante energía de la perseverancia que nos lleva a comprender la difícil ciencia de la cruz. Por eso, la perseverancia engendra paciencia, que va mucho más allá de la simple resignación. Más aún, nada tiene que ver con actitudes estoicas. La paciencia contribuye decisivamente a entender que la Cruz, mucho antes que dolor, es esencialmente amor.

Quien entendió mejor que nadie esta verdad salvadora, nuestra Madre del Cielo, nos ayudará también a nosotros a comprenderla.


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados