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De: campitos0 (Mensaje original) |
Enviado: 07/01/2015 13:42 |
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Macario el Escocés, Beato
Abad, 6 de enero
Por: . | Fuente: Santiebeati.it
AbadMartirologio Romano: En Würzburg, ciudad de Franconia (hoy Alemania), beato Macario, abad, que fue el primer superior del monasterio de los Escoceses de esta ciudad (1153) Benedictino desde muy joven, viajó desde Escocia a Alemania, junto con sus compañeros Cristiano y Eugenio, por el año 1138 aproximadamente. Según Zimmermann, fue prior del monasterio de Santiago en Ratisbona y de allí el abad Dermizio (Dermitius) lo envió a Würzburg junto con once monjes. Está registrado que el obispo Embrico (1125-46) consagró en 1139 a Macario como primer abad del monasterio escosés de San Santiago, fundado recientemente en Würzburg. Las fuentes resaltan su erudición, vida ascética y describen milagros realizados por él. Murió en 1153: el aniversario de su muerte de acuerdo a Zimmermann es el 6 de enero, aunque se conoce que en algunos lugares de la diócesis de Würzburg es celebrado en otras fechas (23 o 24 de enero y 19 de diciembre).
Durante la Edad Media, por mucho tiempo, la tumba del beato estaba olvidada; en 1614 se descubrieron sus reliquias y solemnemente fueron depositadas en una urna, al año siguiente, Macario resultó objeto de gran devoción popular: se lo invocaba especialmente para las enfermedades con fiebres altas. Se dice que en junto a su tumba han ocurrido veintiocho curaciones milagrosas. En 1731 se fundó en su honor la «Hermandad de Macario», enriquecida con indulgencias, que dejó de existir después de la Segunda Guerra Mundial. En 1823 se realizó el traslado de las reliquias, desde el monasterio, secularizado en 1803, a la capilla de la Virgen, misma que en 1945 fue destruida y que actualmente se encuentra ya reconstruida.
En el Breve Apostólico de 1734 a la Hermandad y en otros testimonios, a Macario se lo llama "santo".
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Epifanía del Señor Epifanía del Señor
Fiesta, 6 de enero Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Con los pastores pasó hace unos días un acontecimiento extraño que resultó bien. Cuidaban sus rebaños cumpliendo su rudo oficio cuando vieron una tan extraña como clara visión de ángeles que les decían cosas al principio incomprensibles y al poco rato comprobadas. Sí, allí, en un casuco, estaba el Niño del que se les habló, con su madre y un varón. Hicieron lo que pudieron en su tosquedad y carencia según mandaban las circunstancias. Como les habían asegurado que era la "Luz que iluminaba al pueblo que habitaba en sombras de muerte", de lo que tenían dieron para ayudar y para quedar bien con aquella familia que al parecer era más pobre que ellos. No les costó trabajo aceptar el milagro que era tan claro. Lo dijeron los ángeles, pues... tenían razón.
Vinieron unos Reyes. Fueron los últimos en llegar a ver a aquel Niño y si se entretienen un poco más..., pues ¡que no lo encuentran! Viajaron mucho por los caminos del mundo. Venían desde muy lejos. Pasaron miedo, frío y calor. Hasta estuvieron perdidos pero, preguntando e inquiriendo, sacaron fruto de su investigación. Aquello fue un consuelo porque tuvieron susto de haber perdido el tiempo y tener que regresar a los comienzos con el fracaso en sus reales frentes. Pero no, sabían que aquella estrella era capaz de llevarles adonde estaba Dios. También las circunstancias mandaban y adoraron y ¡cómo no! ofrecieron dones al Niño-Creador.
Los dos son caminos, la fe y la razón. Uno es sencillo, basta con que hable Dios. El otro es costoso, búsqueda constante y sincera con peligros de equivocación. La Verdad está en su sitio. Sencillez es condición. Los pastores la aprehenden y los sabios la descubren. Entrambos la sirven y entrambos son de Dios.
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