POCAS COSAS
En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida,
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas.
Me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas.
Pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma, el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve.
Para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo.
Mario Benedetti