Hasta el momento, había escasas evidencias acerca de la mejor estrategia para el tratamiento en mayores, ya que existen pocos estudios que comparen los dos principales procedimientos, la angioplastia primaria (ACTP1ª) y la fibrinólisis.
Tras realizar una encuesta en hospitales españoles con capacidad para realizar angioplastias primarias, se descubrió que el 42 por ciento de los mayores de 75 años ingresados por infarto agudo de miocardio no recibían tratamiento alguno de reperfusión, y, de los que lo recibían, la mayoría eran tratados con fibrinólisis en vez de con angioplastia primaria.
Por este motivo, las secciones de Cardiopatía Isquémica y Cardiología Intervencionista de la SEC, impulsaron el estudio de Tratamiento del Infarto Agudo de Miocardio en Ancianos (TRIANA) con el objetivo de comparar ambas estrategias y descubrir cuál resulta más efectiva en este subgrupo de pacientes, cada vez más amplio.
El estudio, publicado en la última edición del “European Heart Journal”, se realizó en 23 hospitales españoles entre marzo de 2005 y diciembre de 2007. Se analizaron pacientes mayores de 75 años que acudieron a las unidades coronarias con infartos agudos de miocardio con elevación del segmento ST de menos de seis horas de evolución, y que eran candidatos óptimos para la fibrinólisis, que no padecían ningún accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio y no estaban en shock cardiogénico.
REDUCE EN UN 6,5% LOS FALLECIMIENTOS
Estos pacientes fueron aleatorizados con angioplastia y fibrinólisis, y se les realizó un seguimiento de doce meses descubriendo así que, en este caso, la angioplastia primaria lograba un 6,5 por ciento menos de muertes, reinfartos o accidentes cerebrovasculares incapacitantes en ancianos.
Concretamente, el tratamiento de la angioplastia primaria logró un 18,9 por ciento de aparición de estos eventos en los 30 días siguientes a la intervención, mientras que con la fibrinólisis se produjeron un 25,4 por ciento de estos episodios.
Tras combinar los resultados de este estudio con los dos ensayos anteriores de reperfusión en pacientes ancianos, se comprobó definitivamente una superioridad de este tratamiento frente a la fibrinólisis en reducir fallecimientos, nuevos infartos o ictus.
"Podría decirse que la fibrinólisis es un tratamiento ciego, mientras que la angioplastia primaria es una intervención dirigida y muy precisa", aclara el coordinador de cardiología clínica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y primer autor del estudio, Héctor Bueno.