Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: EVANGELIO DE HOY VIERNES DE PASCUA 10 DE ABRIL DEL 2015
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 11/04/2015 09:09

PALOMA.gif picture by silvygilbert

 

 

 

 Viernes de la Octava de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 4,1-12. 
Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos, 
irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. 
Estos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde. 
Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil. 
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, 
con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. 
Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?". 
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos, 
ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado, 
sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. 
El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. 
Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos". 



Salmo 118(117),1-2.4.22-24.25-27a. 
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, 
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel: 
¡es eterno su amor!

Que lo digan los que temen al Señor: 
¡es eterno su amor!
La piedra que desecharon los constructores 
es ahora la piedra angular.

Esto ha sido hecho por el Señor 
y es admirable a nuestros ojos.
Este es el día que hizo el Señor: 
alegrémonos y regocijémonos en él.

Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. 
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! 
Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: 
el Señor es Dios, y él nos ilumina». 




Evangelio según San Juan 21,1-14. 
Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: 
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. 
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. 
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. 
Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". 
El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. 
El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. 
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. 
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. 
Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". 
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. 
Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor. 
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. 
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. 






silvia6.png picture by silvygilbert



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 11/04/2015 09:10

Comentario: Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

Ésta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos

Hoy, Jesús por tercera vez se aparece a los discípulos desde que resucitó. Pedro ha regresado a su trabajo de pescador y los otros se animan a acompañarle. Es lógico que, si era pescador antes de seguir a Jesús, continúe siéndolo después; y todavía hay quien se extraña de que no se tenga que abandonar el propio trabajo, honrado, para seguir a Cristo.

¡Aquella noche no pescaron nada! Cuando al amanecer aparece Jesús, no le reconocen hasta que les pide algo para comer. Al decirle que no tienen nada, Él les indica dónde han de lanzar la red. A pesar de que los pescadores se las saben todas, y en este caso han estado bregando sin frutos, obedecen. «¡Oh poder de la obediencia! —El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano. —Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron (...) una gran cantidad de peces. —Créeme: el milagro se repite cada día» (San Josemaría).

El evangelista hace notar que eran «ciento cincuenta y tres» peces grandes (cf. Jn 21,11) y, siendo tantos, no se rompieron las redes. Son detalles a tener en cuenta, ya que la Redención se ha hecho con obediencia responsable, en medio de las tareas corrientes.

Todos sabían «que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da» (Jn 21,12-13). Igual hizo con el pescado. Tanto el alimento espiritual, como también el alimento material, no faltarán si obedecemos. Lo enseña a sus seguidores más próximos y nos lo vuelve a decir a través de Juan Pablo II: «Al comienzo del nuevo milenio, resuenan en nuestro corazón las palabras con las que un día Jesús (...) invitó al Apóstol a ‘remar mar adentro’: ‘Duc in altum’ (Lc 5, 4). Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo (...) y ‘recogieron una cantidad enorme de peces’ (Lc 5,6). Esta palabra resuena también hoy para nosotros».

Por la obediencia, como la de María, pedimos al Señor que siga otorgando frutos apostólicos a toda la Iglesia.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: DULCEPOEMA Enviado: 12/04/2015 07:02


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados