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General: EVANGELIO DE HOY SÁBADO 9 DE MAYO DEL 2015
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 10/05/2015 22:43

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 Sábado de la quinta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 16,1-10. 
Pablo llegó luego a Derbe y más tarde a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía convertida a la fe y de padre pagano. 
Timoteo gozaba de buena fama entre los hermanos de Listra y de Iconio. 
Pablo quería llevarlo consigo, y por eso lo hizo circuncidar en consideración a los judíos que había allí, ya que todo el mundo sabía que su padre era pagano. 
Por las ciudades donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por los Apóstoles y los presbíteros, recomendando que las observaran. 
Así, las Iglesias se consolidaban en la fe, y su número crecía día tras día. 
Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y la región de Galacia. 
Cuando llegaron a los límites de Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. 
Pasaron entonces por Misia y descendieron a Tróade. 
Durante la noche, Pablo tuvo una visión. Vio a un macedonio de pie, que le rogaba: "Ven hasta Macedonia y ayúdanos". 
Apenas tuvo esa visión, tratamos de partir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba para que la evangelizáramos. 



Salmo 100(99),1-2.3.5. 
Aclame al Señor toda la tierra,
sirvan al Señor con alegría, 
lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios: 

él nos hizo y a él pertenecemos; 
somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
¡Qué bueno es el Señor! 
Su misericordia permanece para siempre, 

y su fidelidad por todas las generaciones. 




Evangelio según San Juan 15,18-21. 
Jesús dijo a sus discípulos: 
«Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. 
Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. 
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. 
Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.» 






silvia6.png picture by silvygilbert



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 10/05/2015 22:45

Comentario: Rev. D. Ferran JARABO i Carbonell (Agullana, Girona, España)

Todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado

Hoy, el Evangelio contrapone el mundo con los seguidores de Cristo. El mundo representa todo aquello de pecado que encontramos en nuestra vida. Una de las características del seguidor de Jesús es, pues, la lucha contra el mal y el pecado que se encuentra en el interior de cada hombre y en el mundo. Por esto, Jesús resucitado es luz, luz que ilumina las tinieblas del mundo. Karol Wojtyla nos exhortaba a «que esta luz nos haga fuertes y capaces de aceptar y amar la entera Verdad de Cristo, de amarla más cuanto más la contradice el mundo».

Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas o los criterios del mundo. El criterio único, definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. «Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre». Esto nos ha de hacer pensar. Cuando nuestra sociedad secularizada pide ciertos cambios o licencias a los cristianos y a la Iglesia, simplemente nos está pidiendo que nos alejemos de Dios. El cristiano tiene que mantenerse fiel a Cristo y a su mensaje. Dice san Ireneo: «Dios no tiene necesidad de nada; pero el hombre tiene necesidad de estar en comunión con Dios. Y la gloria del hombre está en perseverar y mantenerse en el servicio de Dios».

Esta fidelidad puede traer muchas veces la persecución: «Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros» (Jn 15,20). No hemos de tener miedo de la persecución; más bien hemos de temer no buscar con suficiente deseo cumplir la voluntad del Señor. ¡Seamos valientes y proclamemos sin miedo a Cristo resucitado, luz y alegría de los cristianos! ¡Dejemos que el Espíritu Santo nos transforme para ser capaces de comunicar esto al mundo!



 
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