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General: EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE JUNIO DEL 2015
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 22/06/2015 21:37

Lunes de la duodécima semana del tiempo ordinario

Libro de Génesis 12,1-9. 
El Señor dijo a Abrám: "Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. 
Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición. 
Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra". 
Abrám partió, como el Señor se lo había ordenado, y Lot se fue con él. Cuando salió de Jarán, Abrám tenía setenta y cinco años. 
Tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, con todos los bienes que habían adquirido y todas las personas que habían reunido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán. Al llegar a Canaán, 
Abrám recorrió el país hasta el lugar santo de Siquém, hasta la encina de Moré. En ese tiempo, los cananeos ocupaban el país. 
Entonces el Señor se apareció a Abrám y le dijo: "Yo daré esta tierra a tu descendencia". Allí Abrám erigió un altar al Señor, que se la había aparecido. 
Después se trasladó hasta la región montañosa que está al este de Betel, y estableció su campamento, entre Betel, que quedaba al oeste, y Ai, al este. También allí erigió un altar al Señor e invocó su Nombre. 
Luego siguió avanzando por etapas hasta el Négueb. 



Salmo 33(32),12-13.18-19.20.22. 

¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, 
el pueblo que él se eligió como herencia!
El Señor observa desde el cielo 
y contempla a todos los hombres.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, 
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte 
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor; 
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, 
conforme a la esperanza que tenemos en ti.




Evangelio según San Mateo 7,1-5. 
Jesús dijo a sus discípulos: 
No juzguen, para no ser juzgados. 
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. 
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? 
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo? 
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. 




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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 22/06/2015 21:38

Comentario: Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

«Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá»

Hoy, el Evangelio me ha recordado las palabras de la Mariscala en El caballero de la Rosa, de Hug von Hofmansthal: «En el cómo está la gran diferencia». De cómo hagamos una cosa cambiará mucho el resultado en muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo, la espiritual.

Jesús dice: «No juzguéis, para que no seáis juzgados» (Mt 7,1). Pero Jesús también había dicho que hemos de corregir al hermano que está en pecado, y para eso es necesario haber hecho antes algún tipo de juicio. San Pablo mismo en sus escritos juzga a la comunidad de Corinto y san Pedro condena a Ananías y a su esposa por falsedad. A raíz de esto, san Juan Crisóstomo justifica: «Jesús no dice que no hemos de evitar que un pecador deje de pecar, hemos de corregirlo sí, pero no como un enemigo que busca la venganza, sino como el médico que aplica un remedio». El juicio, pues, parece que debiera hacerse sobre todo con ánimo de corregir, nunca con ánimo de venganza.

Pero todavía más interesante es lo que dice san Agustín: «El Señor nos previene de juzgar rápida e injustamente (...). Pensemos, primero, si nosotros no hemos tenido algún pecado semejante; pensemos que somos hombres frágiles, y [juzguemos] siempre con la intención de servir a Dios y no a nosotros». Si cuando vemos los pecados de los hermanos pensamos en los nuestros, no nos pasará, como dice el Evangelio, que con una viga en el ojo queramos sacar la brizna del ojo de nuestro hermano (cf. Mt 7,3).

Si estamos bien formados, veremos las cosas buenas y las malas de los otros, casi de una manera inconsciente: de ello haremos un juicio. Pero el hecho de mirar las faltas de los otros desde los puntos de vista citados nos ayudará en el cómo juzguemos: ayudará a no juzgar por juzgar, o por decir alguna cosa, o para cubrir nuestras deficiencias o, sencillamente, porque todo el mundo lo hace. Y, para acabar, sobre todo tengamos en cuenta las palabras de Jesús: «Con la medida con que midáis se os medirá» (Mt 7,2).


 
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