Superarlo.
Mirar los obstáculos como parte natural de la vida es dignificarla.
Las pruebas vienen para que pasemos a un nuevo grado,
una nueva fase de nuestra existencia.
No son para derrumbarnos o derrotarnos, aunque lo hagan.
Y si lo hacen, simplemente nos levantamos y seguimos el camino.
La dignidad mayor del ser humano es no quejarse de lo que le pasa de malo,
sino ser capaz de manejar esto.
Aprender a convivir con el mal y tornar la espina en una bella flor.
Es entender que nadie me puso el obstáculo al frente,
sino yo mismo, en algún momento de mi existencia.
Y soy yo que necesito superarlo.