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General: Santoral de hoy Jueves 30 de Julio del 2015
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 31/07/2015 23:00
Santoral 

Pedro Crisólogo, Santo
Doctor de la Iglesia, 30 de julio ...


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 31/07/2015 23:00
Pedro Crisólogo, Santo


Doctor de la Iglesia, 30 de julio


Por: . | Fuente: ACI Prensa 



Obispo de Rávena
Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Pedro, “Crisólogo” de sobrenombre, obispo de Ravena y doctor de la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol, desempeñó su oficio tan perfectamente que consiguió capturar a multitudes en la red de su celestial doctrina, saciándolas con la dulzura de su palabra. Su tránsito tuvo lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de la Emilia Romagna (c. 450).

San Pedro, quien fue uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Imola, Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios. 

San Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno. 

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar. 

A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII. 

Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas. 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 31/07/2015 23:02
María Vicenta de Santa Dorotea, Beata

Fundadora, 30 de julio 






Fundadora del Instituto
de las Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres


Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalajara, en México, beata María Vicenta de Santa Dorotea Chávez Orozco, virgen, fundadora del Instituto de las Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres, que confiando sólo en Dios y en la ayuda de la Providencia, dio pruebas elocuentes de delicadeza y diligencia para con los desamparados y los pobres (1949).

María Vicenta de Santa Dorotea Chávez Orozco nació el 6 de febrero de 1867 en Cotija (Michoacán, México). Era la menor de los cuatro hijos de Luis Chávez y Benigna de Jesús Orozco. Recibió los sacramentos de la iniciación cristiana en la parroquia de su pueblo natal. Su familia se estableció en el barrio de Mexicaltzingo, que en esa época estaba poblado por gente necesitada y de clase media baja. Durante su infancia se destacó por su devoción al Niño Jesús; hacía altarcitos e invitaba a otros niños a rezar. 

El p. Agustín Beas ejerció su ministerio en aquella parroquia con gran celo apostólico; se preocupaba de modo especial de los enfermos pobres, para los cuales fundó un sencillo hospital en la misma casa parroquial, con seis camas, dedicándolo a la Santísima Trinidad. Atendían a los enfermos las señoras de la Conferencia de San Vicente de Paúl. 

El 20 de febrero de 1892 Vicenta tuvo que ingresar en el hospital a causa de una pleuresía, y allí recibió la inspiración de consagrar su vida a Dios en la persona de los pobres y enfermos. El 10 de julio del mismo año, recuperada su salud, regresó al hospital de la Santísima Trinidad para servir definitivamente a los enfermos y a los pobres, demostrando una extraordinaria caridad para con ellos. 

Emitió votos privados el 25 de diciembre de 1895 con otras dos jóvenes. El 12 de mayo de 1905 fundó la congregación de Siervas de los Pobres, nombre que posteriormente cambió por el de Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres. Profesó canónicamente el 3 de diciembre de 1911 y fue elegida superiora general de la congregación el 8 de septiembre de 1913, cargo que ejerció durante treinta años, siendo el alma y guía de su instituto. Por su indiscutible autoridad moral y su auténtica caridad fue un verdadero modelo de superiora y supo guiar a sus hijas a poner su vida en manos del Señor. 

Era muy devota y fervorosa. Presentaba la obediencia como el camino más corto para llegar a la perfección y estaba convencida de que era el holocausto mayor que se podía ofrecer al Señor: obedecía con prontitud, sin replicar y sin hacer juicios. Vivió constante y plenamente su castidad consagrada, practicó heroicamente las virtudes teologales y morales, sobresaliendo por su humildad, sencillez y caridad. La frase paulina: «la caridad de Cristo nos urge », constituyó el ideal de su vida, haciendo presente al Señor Jesús en donde servía. 

Sufrió mucho durante las dos persecuciones religiosas que se desencadenaron en México: en 1914 las tropas revolucionarias de Carranza ocuparon Guadalajara y se instalaron en la catedral, capturando a religiosos y sacerdotes; y en 1926 el hospital de San Vicente de Zapotlán fue transformado en cuartel general militar. Las religiosas siguieron atendiendo con dedicación a los heridos, sin amedrentarse ante el peligro. En cierta ocasión, en que las religiosas de su comunidad tuvieron que refugiarse en casas de personas amigas, que las protegían, la madre Vicenta se quedó sola con una postulante asistiendo a los heridos, soportando ultrajes y amenazas de muerte. El comandante, que llegó al puesto más tarde, reprendió a los soldados su indigna conducta, y exaltó implícitamente la grandeza de la intrépida religiosa. La mayoría de los enfermos atendidos en los hospitales de las Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres recibían los sacramentos. 

El Señor bendijo al instituto con abundantes vocaciones y durante los años en que lo gobernó la madre Vicenta, se fundaron 17 casas en toda la República Mexicana: hospitales, clínicas y asilos. 

A los 75 años comenzó a padecer de la vista, con intensos dolores. Todo lo aceptó de manos del Señor, lo sufrió con admirable paciencia y le sirvió de purificación; su semblante era siempre amable, lleno de dulzura y paz, y nunca se le oyó una queja. 

El 29 de julio de 1949 su salud empeoró. El capellán don Roberto López le administró la extremaunción. Al día siguiente, mons. José Garibi Rivera, primer cardenal de México, al ver su gravedad, la confesó y mientras celebraba la eucaristía, en el momento de la elevación, la madre Vicenta entregó su alma a Dios en el hospital de la Santísima Trinidad de Guadalajara (Jalisco, México). 

Fue beatificada por S.S. Juan Pablo II el 9 de noviembre de 1997.


 
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