Existen momentos en los cuales nos gustaría mucho ayudar a una determinada persona pero no podemos hacer nada.
O las circunstancias no permiten que nos acerquemos, o la persona está cerrada a cualquier gesto de solidaridad y apoyo.
Entonces, nos queda el amor.
En los momentos en que todo lo demás es inútil, todavía podemos amar sin esperar recompensas, cambios o agradecimientos.
Si conseguimos actuar de esta manera, la energía del amor comienza a transformar el universo a nuestro alrededor.
Cuando esta energía aparece, siempre consigue realizar su trabajo.
“El tiempo no transforma al hombre.
El poder de la bondad no transforma al hombre.
El amor transforma.”