LA LEALTAD 3
Además de las montañas que separan a las tribus, además de la distancia
que separa a los cuerpos, está la comunidad de los espíritus. Formamos
parte de ella, y en ella no hay calles pobladas de palabras inútiles, sino
grandes avenidas que unen lo que está distante, aunque de vez en cuando
hay que reparar los daños que el tiempo ha provocado en ellas.
Así, la mujer nunca mirará al amante que regresa con desconfianza,
porque la lealtad ha acompañado sus pasos.
Y el hombre que ayer era un enemigo, porque había una guerra, hoy
podrá volver a ser un amigo, porque la guerra se acabó y la vida continúa.
El hijo que se marchó regresará a su debido tiempo y será rico por la
experiencia adquirida en el camino. El padre lo recibirá con los brazos
abiertos y les dirá a sus siervos: "Traed de prisa la mejor ropa, y vestidlo,
ponedle un anillo en la mano y alpargatas en los pies, porque este hijo mío
estaba muerto y revivió, se había perdido y fue hallado."
PAULO COELHO
"El manuscrito encontrado en Accra"
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