LA LEALTAD
"La lealtad se puede comparar con una tienda de valiosísimos jarrones
de porcelana cuya llave nos ha confiado el Amor.
Cada uno de esos jarrones es bello porque es diferente. De la misma
manera que son diferentes entre sí los hombres, las gotas de lluvia o
las rocas que duermen en las montañas.
A veces, por culpa del tiempo o de un defecto inesperado, una estantería
se suelta y cae. Y el dueño de la tienda dice: "He invertido mi tiempo y mi
amor en esta colección durante todos estos años, pero los jarrones me
han traicionado y se han roto."
El hombre vende su tienda y se marcha. Se vuelve solitario y amargado,
y piensa que nunca más va a poder confiar en nadie.
Es verdad que hay jarrones que se rompen: el pacto de lealtad se ha destruido.
En ese caso, es mejor barrer los trozos y echarlos a la basura, porque lo que
se rompió nunca más volverá a ser como era.
Pero la estantería otras veces se suelta a causa de cosas que están más allá
de los designios humanos: puede ser un terremoto, una invasión enemiga,
un descuido de alguien que entró en la tienda sin fijarse...
Hombres y mujeres se culpan unos a otros por el desastre. Dicen: "Alguien
tenía que haber visto que esto iba a suceder." O bien: "Si yo fuera el responsable
había evitado que esto sucediera."
Nada más falso. Todos nosotros estamos atrapados en las arenas del tiempo,
y no tenemos ningún control sobre eso.
PAULO COELHO
"El manuscrito encontrado en Accra"
(Continúa)
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