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De: campitos0 (message original) |
Envoyé: 26/09/2015 21:50 |
Discípulo del Señor, 25 de septiembre ...
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Cleofás, Santo
Discípulo del Señor, 25 de septiembre
Fuente: EvangelioDelDia.org
Discípulo del Señor
Martirologio Romano: Conmemoración de san Cleofás, discípulo del Señor, a quien, con el otro compañero itinerante, ardía el corazón cuando Cristo, en la tarde de Pascua, se les apareció en el camino explicándoles las Escrituras, y después, en la casa de Cleofás, en Emaús, conocieron al Salvador en la fracción del pan.
Breve Biografía
Dos veces aparece este nombre en los Evangelios. Una en San Lucas cuando habla de los dos discípulos que marchaban a Emaús (cfr San Lucas 24; 13, ss) y la otra en San Juan cuando habla de una "María, la mujer de Cleofás" que estaba presente en el Calvario, acompañando a la Virgen, la tarde en que fue crucificado y moría Jesús (cfr San Juan 19; 25,ss).-
Sin que pueda establecerse con certeza que estos dos personajes fueran marido y mujer, ya que varones llamados Cleofás debía haber bastantes en Jerusalén, sí parece que el esposo de esa María del Calvario debía ser un cristiano bastante conocido entre los discípulos, cuando San Juan escribe su evangelio y también que ambos estuvieron muy cerca de los acontecimientos que hoy narramos.-
Es la alborada del Domingo. Unas mujeres, quieren envolver en lienzos el cuerpo y poner perfumes preciosos, a la usanza judía, en el cuerpo de Jesús, ya que no pudo prepararse con finura el viernes por la tarde cuando lo pusieron en el sepulcro.-
El sepulcro está vacío, no tiene cuerpo dentro. Unos ángeles avisan que está vivo el Señor Jesús . Las mujeres, locas de alegría, nerviosas, corren y transmiten la nueva a los discípulos. Pedro y los demás no pueden creer ese inusitado acaecimiento.-
La distancia de Jerusalén a Emaús es de algo más de diez kilómetros. Hacia Emaús caminan ese mismo día dos discípulos del Maestro. Uno de ellos responde al nombre de Cleofás. Van comentando entre ellos los acontecimientos del fracaso de Jesús en los días pasados. –
Las pisadas son pesadas porque llevan la amargura en el pecho. Son tantos años juntos, tantas ilusiones truncadas, tantas promesas secas, tantas alegrías cegadas... hasta los proyectos del Reino se esfumaron con los clavos, la cruz y la lanza. Con Jesús muerto mal se anda.-
Se les unió un caminante como compañero de camino. Ellos temían "ofuscada la mirada". Al preguntar qué les pasa, Cleofás con tono enojado casi le regañó por no estar al día de lo que ha pasado en la Ciudad Santa. Cuando resumen los hechos tan trágicos e impresionantes, el viajero les recordó que ya estaba previsto por los profetas.-
Al acercarse a la aldea, el caminante hace intención de proseguir. Cleofás y su amigo le insistieron: "Quédate con nosotros, que el día ya declina". El caminante accedió, entró con ellos en la casa, se sentó a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió en trozos, y se lo dio. En este instante le reconocieron.-
Ahora, desandar lo andado para decirle a los hermanos que las mujeres mañaneras tenían razón no es pesado, es alegría; avanzan en la noche tan seguros como a pleno día porque lucen mucho las estrellas, los pasos se han tornado ágiles y firmes, el corazón late con fuerza, el gozo se ha hecho vida. Notan la vehemencia de decir pronto a los otros que Jesús sí es el Mesías.Con Jesús Vivo bien se camina.-
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San Cleofás
Oración
Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Cleofás venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-
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Sergio de Radonezh, Santo Hijo de san Cirilo y y santa María
Abad, 25 de septiembrePor: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com
Abad
Martirologio Romano: En el monasterio de la Santísima Trinidad, en la región de Moscú, en Rusia, san Sergio de Radonezh, que, elegido como hegúmeno o abad, propagó la vida eremítica y cenobítica que él había practicado primero, y hombre de carácter afable, fue consejero de príncipes y consolador de fieles cristianos . (†1392)
Fecha de canonización: En el año 1449, siendo Papa Nicolás V.
San Sergio de Radonezh es uno de los santos más venerados en toda Rusia. Nació en el año de 1319 en la familia de los muy distinguidos nobles y piadosos Cirilo y María. Desde muy temprana edad Bartolomé, nombre con el que fue bautizado, deseaba consagrar toda su vida al servicio de Dios. Sin embargo, Cirilo y María por mucho tiempo desaprobaron que su hijo se entregara a la vida monástica. Sólo un poco antes del deceso de sus padres, san Sergio y su hermano mayor, Esteban, se retiraron a una colina perdida en la espesura del bosque. El futuro Santo Patrono de Rusia contaba entonces con apenas 23 años.
Con sus propias manos, los hermanos construyeron en este sitio una iglesia y un aposento, consagradas a la Santísima Trinidad. La vida en el retiro no fue nada fácil para Esteban, el hermano mayor de san Sergio y muy pronto se alejó de esos lugares. El Santo se quedó en completa soledad y con mayor celo se entregó al ayuno y a la oración. Muy pronto se cumplieron los más anhelados deseos del joven: Mitrofan, el padre superior de uno de los monasterios cercanos, le entregó los hábitos. San Sergio no pasaba ninguna hora del día en vano o en la ociosidad. Combinaba sabiamente la oración y el trabajo, el canto de los Salmos y la lectura de los libros sagrados, cada vez más iba en aumento su erudición y cada día de su vida se acercaba más y más a Cristo.
Cada paso en su vida monástica procuraba llevarlo a cabo tomando ejemplo de lo escrito por los devotos de los primeros siglos del cristianismo tales como: los Santos Antonio y Macario Magnos; san Juan Clímaco, el abad Doroteo y muchos otros más.. San Sergio también era muy devoto de los primeros prosélitos del monaquismo ruso: Antonio y Teodosio Pecherski y a sus innumerables seguidores. El Santo se esforzaba por lograr en su vida aquel ideal de santidad, que habían logrado todos ellos, marchando siempre hacia Dios por el camino riguroso de la concordancia con las enseñanzas de nuestro Salvador. Valerosamente, resistió toda tentación, con su mirada fija en el Cristo celestial y se entregaba con todas sus fuerzas en búsqueda de Dios, objetivo único en la vida de todo hombre.
Pese a que San Sergio no lo buscara, por todas las ciudades cercanas y lejanas se propagó el rumor de que en el bosque de Radonezh vivía un extraordinario hombre muy devoto. Muy pronto el Santo comenzó a rodearse de personas ansiosas por ser salvadas bajo su guía. San Sergio, por el deseo insistente de sus discípulos, se convierte en sacerdote y superior del monasterio fundado por él mismo.
En la biografía del Santo, compuesta por su discípulo, Epifanio el Sabio, hay muchas referencias a la humildad que adornaba a San Sergio, veamos uno de esos relatos: En una ocasión, en vida de san Sergio, llegó al convento un campesino que había escuchado acerca de las proezas y la gloria del padre superior. El hombre pidió a un hermano que le mostrara al padre Sergio. Los monjes le señalaron a un hombre de edad avanzada con vestiduras remendadas y muy sencillas que estaba arrimando unas tablas al lado de la barda del monasterio. El campesino incrédulo y exaltado, exclamó: “¡Se burlan de mí! Yo vine hasta aquí para ver a un ilustre padre, opulentamente vestido, rodeado de servidumbre y ustedes me enseñan a un campesino cualquiera, seguramente el más ínfimo del monasterio”. San Sergio al escuchar las quejas del visitante, abandono su tarea, amablemente lo saludó y lo invitó a pasar al comedor. Le dijo entonces: “No te aflijas hermano, –lo consoló el Santo– Dios es tan benevolente en su casa, que nadie sale de ella con angustia. Y muy pronto Él te mostrará a aquél al que buscas”. En el momento de su charla, al monasterio llegó un príncipe rodeado de un numeroso séquito. El príncipe se tiró a los pies del hombre de Dios, pidiendo su bendición. Entonces el campesino entendió de quien se trataba ese humilde hortelano. Después de la partida del príncipe, con lágrimas rogaba a san Sergio le perdonara por su osadía e ignorancia. “No te aflijas, hijo mío –le dijo el humilde padre–, solamente tú me has juzgado cabalmente, ya que más bien los equivocados son ellos”.
La dirección del monasterio no le atraía mucho a san Sergio, más bien le agobiaba. Cuando al convento llegó la discordia y ante el intento de sublevación de algunos monjes en contra de su superior, san Sergio abandonó el monasterio estableciéndose en la espesura del bosque a la orilla del río Kirzhach. Sólo después de 3 o 4 años ante la intervención del padre Alejo de Moscú, regresó san Sergio a su convento.
San Sergio falleció el 25 de septiembre de 1392. Antes de su muerte, dispuso a los hermanos, ante todo, preservar con rigurosidad la fidelidad a la ortodoxia de la fe. El Santo encomendó también preservar la vida en comunión, la pureza espiritual y corporal, alejarse de los malos deseos, la abstención en la comida y la bebida, tener la aplicación hacia la humildad y el peregrinaje.
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