Todo lo que desees es tuyo ya, solo debes abrirte para recibirlo. En la vida puedes tener todo aquello a lo que tienes derecho, siempre que pagues el precio al crear el equivalente mental de aquello que desees. Es decir, puedes recibir todo lo que desees, siempre que estés mentalmente preparado.
Tu tienes el derecho a todo lo que sea bueno para tí, cualquier cosa que te beneficie, que te haga más feliz, más libre, y más próspero. Cada vez que piensas; “Me gustaría hacer esto, o ser eso, o tener aquello”, es la voz de Dios en tu alma la que te dice que ha llegado el momento de dar un paso adelante.
Ten en cuenta que sólo puedes desear aquellas cosas que serían beneficiosas para tí y que te harían feliz. Obviamente, que no tienes que desear algo que pertenece a otra persona, o que violaría los derechos de otros, por ejemplo, al forzarlos a hacer algo que no desearan hacer. El obrar o pensar de esa manera significa que no crees en la abundancia ilimitada del universo. No necesitas desear nada ajeno porque tienes la total capacidad de crearte lo tuyo propio.
Cuando deseas algo a lo que, en tu interior, sabes que no tienes derecho, estás, sencillamente, malinterpretando el canal. Lo que en realidad quieres no es esa cosa en sí, que es sólo el canal, sino la felicidad y la libertad que piensas que podrías alcanzar al obtener esa cosa determinada.
Si se te presenta un caso así, debes pensar “Esa no puede ser la vía, porque esto pertenece a otro, pero hay otra manera en la que el Universo me pueda dar toda esa felicidad y bien sin usurpar los derechos de nadie ”.
Puedes atraer lo que deseas pensando: “Estoy en contacto con la Fuente de ese bien, y el Poder Divino me lo otorga del modo más conveniente para mí”.
Has nacido con derecho a la salud, felicidad, y el verdadero éxito, y siempre hay una forma legítima de obtener esas cosas. El camino te será revelado si tienes confíanza y entiendes que pase lo que pase, TODO ESTA BIEN.
Debes saber que por el solo echo de existir tienes derecho a todo lo bueno de este mundo .