Como ya habíamos dicho anteriormente, el Karma no es un castigo, sino la consecuencia de nuestras acciones, por lo tanto, no hay Karma bueno o Karma malo, ya que lo bueno y lo malo lo definimos dependiendo desde donde vivimos los acontecimientos, por ejemplo, si tu tienes un pajarito de mascota en tu casa, y de repente llega un gato y se lo come, este hecho puede ser desastroso para ti, fatal para el pajarito, pero es ¡excelente para el gato! ¿Podrías decir que el gato sufriría algún "Karma malo" por esta acción?.
El Karma es una manera de crecer, de aprender, de evolucionar, es un aprendizaje continuo donde cada día vemos diferentes lecciones y en nuestra actitud hacia la vida, se verá si pasamos la prueba o no, un acontecimiento puede repetirse muchas veces dentro de nuestra vida, hasta que dicha lección sea aprendida por nosotros. El Karma resulta entonces, una Ley del Universo, creada de la manera más sofisticada en donde eliminamos con esto al Dios que juzga y castiga, ya que con ello deducimos que Dios no esta sentado observando cada uno de nuestros pasos, pendiente de donde cometimos un error, existe Leyes que trabajan por si solas, dejándole a Dios tareas más importantes.
Tenemos lo que hemos creado, lo que merecemos, por ejemplo, la mayoría de la gente desea ser rica, comprar un billete de lotería y ganársela ¿Por qué a algunos les llega y a otros no? Porque hay quien se lo merece y quien no. Porque la riqueza puede ser bueno para unos y malo para otros, la riqueza puede aniquilar los deseos de trabajar, aumenta el miedo y la inseguridad, incrementa el poder mal entendido. Esto puede ser aprendizaje para unos y retroceso para otros.
Todo esta perfectamente calculado, nada se mueve en este mundo por casualidad, cuando nosotros no podemos darle alguna explicación lógica a algún acontecimiento, podríamos llamarle "accidente" "casualidad o "suerte", pero esto solo atañe al hombre, que en su conocimiento limitado, no puede ver más allá... falta mucho por aprender y descubrir.
Medita acerca del siguiente pensamiento:
Qué cierto es que nuestros destinos fueron decididos por naderías, y que una pequeña imprudencia, ayudada por algún accidente insignificante, como el que una bellota sea fertilizado por una gota de lluvia, pueda germinar en los árboles en que quizá nosotros u otras personas serán crucificados.