Su nombre significa : "Rostro de Dios", "Fuego de Dios". En hebreo: "Tsadkiel" Es a la vez Serafín, Querubín y Príncipe de las Dominaciones. También conocido como el Arcángel de la Salvación. Es el Ángel del Arrepentimiento y de la Retribución. Se lo denomina Regente del Sol.
Ayuda a cumplir los objetivos y misiones de nuestra vida proveyéndonos de ideas transformadoras. Es el guardián del mundo mental. Transmite a los seres humanos la luz del conocimiento y la comprensión de las profecías.
Canaliza las energías de la abundancia y es proveedor de gracias espirituales y terrenales. Ayuda a que se produzcan cambios rápidos. Atrae la buena suerte y la opulencia bien merecida. Se dice que S. Cayetano fue guiado por Uriel cuando estuvo en la Tierra. Este le proveyó de la paciencia y credibilidad para tener confianza en la presencia divina.
Se invoca este arcángel en los momentos en los cuales estamos pasando una prueba en donde la desesperación se hace dueña de los sentimientos y de los pensamientos. En los momentos que la paz interior no es posible, acuciado por una circunstancia, nos hace presa fácil de la desesperación. Con su invocación se recupera la paz necesaria para poder sobrellevar un mal momento.
La paciencia y la tranquilidad lograda con su invocación nos abre los horizontes para así lograr las soluciones adecuadas.
Vibra bajo la luz del rayo color oro o rubí.
Día que le corresponde: Viernes.
Estación del año: Fin del Otoño.
Virtudes: Paz, armonía, provisión, curación y gracia.
Gobierna el Sur y protege el Este, el Sol que nace, todo aquello que se inicia, la Primavera y a los seres humanos.
Representa: Las ciencias, la política, la economía, el trabajo y las organizaciones.