Para los ángeles su trabajo es un juego. Si queremos sintonizarnos con ellos tendremos que jugar también y por supuesto, será necesario que aprendamos a reconocer las señales de ese juego, que simultáneamente serán indicadores inequívocos de su presencia.
El juego es una de las relaciones más gratificantes que pueden darse entre seres inteligentes de diferentes especies - ¿quién no ha disfrutado enormemente jugando con su perro o su gato? – y también más enriquecedoras para la especie inferior, que en este caso somos nosotros.
La más clara evidencia de que los ángeles están jugando a nuestro alrededor – y seguramente con nosotros – son las casualidades. Uno de sus mayores placeres consiste en organizar coincidencias y sucesos favorables. Cada vez que una coincidencia sospechosa se cruce en nuestro camino deberemos desde ahora aguzar la intuición, pues muy posiblemente sea una señal que nos están mandando, detrás de la cual estarán ellos con toda seguridad. De ser así, pronto captaremos su vibración mágica, sentiremos como si el aire se volviera de repente más fino y cómo una sutil emoción nos embarga.
Recíprocamente, todo comportamiento lúdico y alegre por nuestra parte tendrá muchas posibilidades de atraerlos a nuestro lado. Si ello ocurriera, notaremos la conocida sensación de paz y bienestar, pues así es como solemos nosotros captar el amor y la energía que siempre llevan consigo.
Es bueno visualizar ángeles a nuestro alrededor. Recordemos que la visualización tiene un poder extraordinario, en este caso, de atracción. Si los visualizamos, estarán, y tal vez logremos – en la medida en que nuestra intuición se vaya desarrollando – captar su presencia de un modo vívido. Su cercanía equilibrará nuestros cuerpos sutiles, tranquilizará nuestro espíritu y hará que nuestra suerte aumente considerablemente. Y precisamente este último efecto – el aumento de la suerte – es mucho más notable si se los visualiza jugando.
Jugar con los ángeles es una experiencia sublime. Bienaventurados los que se deciden a dar este paso, tan fácil y tan beneficioso en todos los sentidos.
Un extraordinario sistema para comunicarnos con los ángeles mediante el juego ha sido puesto a punto por Hania Czajkowski. Consiste básicamente en dos mazos de 52 cartas cada uno. Uno de ellos contiene los alentadores mensajes con que los ángeles descienden a este mundo con el fin de llegar hasta nosotros; las otras 52 cartas representan a los propios ángeles que nos aportan su luz, su gracia, su ayuda, su instrucción y su guía.
Este juego se puede utilizar de múltiples formas. Como en todo lo referente a los ángeles no hay normas rígidas. Lo ideal es hallar un lugar sosegado, donde nadie nos vaya a interrumpir ni molestar. Después de tranquilizarnos mental y espiritualmente podremos efectuar la consulta. Yo suelo barajar las cartas y extenderlas frente a mí en forma de semicírculo, vueltas hacia abajo. Seguidamente me quedo un momento sin pensar en nada, simplemente siendo consciente de mi respiración, luego inspiro profundamente tres veces. Si tengo una pregunta concreta me concentro en ella, si no, invito simplemente a los ángeles para que vengan a mi vida pidiéndoles que me traigan lo que crean más conveniente para mí en ese momento. Seguidamente cierro los ojos y dejo que mi subconsciente guíe mi mano al tomar una carta de cada tipo. La exactitud de la respuesta suele ser sorprendente y siempre lleva el inequívoco sello angelical.
Nadie que haya jugado con estar cartas podrá dudar de que los ángeles intervinieron en su confección y de que realmente participan en cada jugada, y en cada consulta que se les hace a través de este maravilloso sistema, que se llama precisamente así: Jugando con los ángeles.