LA LEY DE CAUSA Y EFECTO
por Conny Méndez
La mente es un motor. Los pensamientos son fuerza o energía que genera la mente. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas que, por obra y gracia de la Ley del Ritmo regresa a nosotros trayéndonos el futuro que hemos recogido. Acabo de decirles que el futuro es análogo a lo que hemos sembrado. Es decir, que si haces un bien a alguien, o si hablas bien de alguien, esas palabras o ese acto bueno sale en vibraciones de color. Ese color atrae vibraciones de ese mismo color y te regresan aumentando el bien que hiciste. Te ocurren cosas bellas, cosas milagrosas y dices: Qué casualidad, mira lo que sucedió hoy por la mañana, qué maravilla. No existen casualidades. No pueden existir porque no existe la Ley de la Casualidad. No hay sino leyes exactas llamadas Principios, porque son inmutables. El Principio de Polaridad fija lo que haces y dices en uno de los dos polos, positivo o negativo. Es decir, que lo que piensas, dices o haces, es positivo o negativo. No existe un tercer polo. Si piensas o hablas mal de alguien, es negativo. Lo has sembrado en polo negativo, sale de color gris o negro, dependiendo de la cantidad de maldad que contiene, recoge en su camino cantidad de energía del mismo color y te regresa aumentado en fuerza, siempre será algo desagradable. Allí tienes, pues, la explicación de lo que te ocurre. Si criticas, serás criticado; si dañas a alguien o a algo, serás dañado o algo tuyo sufrirá un daño; si eres injusto, duro, esa injusticia se te devuelve igualmente esa dureza. Esas causas que siembras tienen que dar su fruto en efectos, antes de que quedes liberado. Si siembras discordias, tienes que recoger discordias; si siembras bondad, amor, ayuda, tienes que recoger bondad, amor, ayuda. Lo que siembres, que sea constructivo o destructivo, lo verás devolverse. ¿Cómo puede la gente seguir creyendo que pueden impunemente ser crueles, calumniadores, malhumorados, violentos, mezquinos y esperar tener salud, amor, fortuna, felicidad, es decir, todas las cosas buenas de la vida, si sólo siembran las cosas malas? El mundo entero se lo pasa enviando odio, egoísmo, discusiones, pleitos... y recogen la cosecha en confusión, caos, guerras y molestias de todas las clases. No siempre se puede devolver la cosecha inmediatamente. El planeta Tierra tiene una cantidad enorme de deudas acumuladas, de todo el mundo, y se desahoga por donde puede, en tempestades, ciclones, terremotos, desastres marinos, derrumbes, inundaciones, erupciones volcánicas, etc. Muchas veces las personas a quienes hemos dañado en alguna forma se mueren antes de que se haya podido saldar la cuenta con ellas, y TIENE que haber una oportunidad para saldarla en el futuro, porque DIOS ES INFINITA MISERICORDIA y no deja a un hijo suyo en eterno castigo sin darle oportunidad de saldar sus deudas. Por eso es que Dios ha instituido la Reencarnación. Para dar oportunidad de pagar las deudas, y... para dar también oportunidad de cobrar el bien carnal y material que hayamos merecido y que no se puede cobrar en un plano invisible e inmaterial. No sería justo que nos quedáramos sin el premio a nuestros esfuerzos y bondades, por supuesto que se trata de las cosas que no tienen premios sino materiales. No se puede quedar uno allá eternamente si se tiene cosas pendientes aquí. Y se debe recordar que el lema de estos estudios es “Conservo mi mente amplia”. Ustedes oyen, meditan y resuelven creer lo que les parece justo, lógico, razonable,de sentido común. Lo que no pueden tragar, aceptar, déjenlo para más adelante. Algunas cosas son tan nuevas para ustedes que se les hará difícil aceptarlas de repente, por eso les recomiendo que lo piensen con la mente amplia, abierta, sin cerrarle la puerta de inmediato. Les advierto desde ahora, que las células del cerebro se van despertando poco a poco. Si una recibe una idea nueva, hay células dormidas que aún no han vibrado y que esta nueva idea las despierta. Cuando te acabas de despertar no sabes aún muy bien lo que se te está diciendo. Al cabo de un rato, después de haberte duchado, o desayunado, entonces puedes absorber lo que se dice, ¿verdad? Recuerdan, pues, la Ley de Correspondencia, “Como es Arriba es Abajo”. Lo mismo ocurre con las células que se acaban de despertar: la Ley es igual para todo. Ya ustedes comienzan a ver que aquello tan raro y tan misterioso que llaman la Reencarnación, tiene su razón de ser, basado en la armonía y en la Misericordia Divina, y que no es una cosa estrafalaria y loca. Hay que conservar la mente amplia porque todo tiene una explicación.
La Reencarnación es una Verdad y es la única explicación lógica de la aparente injusticia que ves. Cuando observas personas espléndidas, constructivas, pasando situaciones difíciles, mientras que otras llamadas “malas” parecen estar gozando de todas las cosas buenas de la vida, puedes estar seguro de que no hay ningún error ni injusticia. ¿Crees en Dios? ¿Crees que es bueno o justo? Entonces, ¿cómo vas a creer que es injusto? ¡Ah!, pues cada uno está encontrándose con efectos de causas previas que ha ocasionado alguna vez, en alguna parte en el pasado y de lo cual no tiene recuerdo. Si estas personas que tienen deudas Kármicas desean en su interior hacer servicio a los otros individuos, para balancear, equilibrar y borrar los malos sentimientos, oigan bien, quedan libres de esa deuda. Pero si no pueden lograr estos sentimientos y buenos deseos, la vida los reunirá de nuevo tantas veces como sea necesario, hasta que se cumpla. Y cada vez en asociación más cercana (a veces llegan a nacer madre e hijo) porque la Ley del Amor es así. Trata de disolver enemistad con Amor. Cuando entre dos personas existe una atracción de amor y armonía, es seguro que estuvieron en contacto y asociación armoniosa en vidas anteriores, y pueden expandir esta cualidad tan necesitada en el mundo. Cuando noten un sentimiento de resistencia contra alguien, es que las sensaciones recuerdan una asociación discordante o desagradable. Es muy confortante saber que el perdón de Dios, por el mal uso de su energía, siempre está a la mano para aquellos que lo desean realmente. Aquel “Fuego Eterno” y “Castigo Eterno” que inventaron las religiones de la Era pasada para controlar al mundo a través del temor, la superstición y la obediencia ciega, no es verdad. Cualesquiera que sean las causas, el pecado, la imperfección, la impureza, el error que hayan sido cometidos, hay una manera consciente de transmutar esos errores. ¿Saben lo que quiere decir transmutar? –Disolver, borrar completamente y sin costo alguno. Cuando los humanos se dan cuenta de que ellos mismos son los causantes de todos sus males y de todas sus calamidades, de todas las limitaciones en su mundo, de pronto desean arreglar las cosas , sinceramente. Ese deseo es el que cuenta y es necesario que sepan que toda clase de asistencia les es dada. Hasta que llega ese momento el hombre o la mujer se ponen en rebelión contra las circunstancias y hasta contra Dios, o se someten a las condiciones creyendo que son la voluntad de Dios y por supuesto, esto es mentira.
AHORA: Y ESTO ES IMPORTANTÍSIMO QUE LO RECUERDES EN TODO MOMENTO! Cuando el estudiante se da cuenta de que las fabricaciones de su mente son tan importantes que rigen su destino y hasta el destino de los demás; cuando realiza que todos sus decretos se manifiestan y que nadie, absolutamente nadie sino él mismo puede ser culpado por lo que a él ocurre, se llena de pánico, y hace lo de siempre; buscar a quién culpar, a quién soltarle el castigo. ¿Qué ocurre? Que se le suelta el cuerpo, a la materia, achacándole toda la responsabilidad, y procede a castigarla de la forma más inmisericorde. ¿Cómo? No me lo van a creer... con todas las antiguas flagelaciones y torturas a que se sometían los “santos y los mártires”, porque eso lo tiene archivado el subconsciente desde épocas remotas del Cristianismo. Claro está que nadie toma un látigo en la mano. Ya eso no se estila. Pero sí procede a torturarse mentalmente. Procede a vigilarse como un policía y a decirse “¿No ves?” ¡Ya caíste otra vez! ¡Ya lo volviste a hacer! ¡Ya vas a volver a sufrir las mismas consecuencias!”. Por supuesto, como esto es un decreto, ¡vuelven a ocurrir las mismas consecuencias! NO solamente, sino que se le ha ofrecido un poder de “carta blanca” a una forma mental de culpabilidad, fabricada especialmente, para que continúe torturándonos a cada desliz y que no nos deje adelantar. Cada vez que te encuentres atajándote, castigándote, regañándote, con las resultantes torturas, acuérdate de que basta con SABER QUE HEMOS PECADO (para usar la frase católica a que estás acostumbrado). Al SABERLO, quiere decir que ya estás consciente del Bien y el Mal. Ya es sólo cuestión de tiempo, y no mucho tiempo para que tu subconsciente te ataje antes de cometer el mismo pecado de nuevo. Es el Principio de la Confesión. “Pecado confesado es medio perdonado”, pues la confesión católica no ha tenido sino un solo propósito: el de hacernos conscientes de cuándo hemos cometido una infracción. El perdón del sacerdote es nominal. El que realmente perdona es el Cristo Interior. El que nos dirige es Él. El que nos va guiando y enseñando es también Él. Todo lo que tienes que hacer es decirte y repetirte mentalmente: “Mi Yo Superior, que es el Cristo Perfecto en mí es el encargado de irme conduciendo sin torturas hasta mi Ascensión”. Y una vez que hayas realizado, meditado y comprendido esto, ya no vuelvas a “pecar” voluntariamente, y se te abren las primeras puertas del Cielo, ya que todo esto comprueba que has puesto toda tu buena voluntad, y el Maestro más grande de todos los tiempos: Jesús, lo dijo... “Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.
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