PERO... PERO.
El Diablo siempre está muy a la moda. Siempre se está disfrazando bajo una nueva forma.
Por supuesto que lo que llamamos “El diablo” no es sino nuestro propio Ser Inferior, dramatizado con un nombre. San Pablo lo llamó “El Viejo Adam”. Ese ser inferior detesta cambiar. Ese ser es perezoso, egoísta y miedoso.
Cuando al Diablo se le quita la careta varias veces, su último refugio es una palabrita que parece benigna y hasta prudente. Esa palabrita es: Pero...
Los estudiantes de la Verdad Metafísica que no se dejan engañar por ninguno de los métodos familiares ya conocidos, viven tropezando con esa palabrita: “Pero...” y por consiguiente faltando a sus principios y fallando en sus demostraciones.
Dicen: “Sí, yo sé que Dios es el Único Poder y la Única Presencia, pero... por supuesto, que Dios es Omnipotente y, naturalmente está en medio de este problema pero...
Yo sé que Dios es Amor y que no hay nada que temer, pero...
A pesar de que estamos en la Eternidad y no hay apuros... pero...
Yo comprendo que José y María son expresiones vivientes del Padre como lo soy yo también, pero...
Esta palabrita desbarató todo el tratamiento e impide que la acción de Dios se manifieste.
Para recordar:
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En este Día, mis pensamientos reciben un baño de Luz Divina, por eso debo guardar silencio, aunque sean privados mis quehaceres de unos minutos en honor a Dios.
Eugenio Zonhamir.
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