Hay un Cristo Cósmico y hay el Cristo individual, o sea el Ser Divino, Glorioso, dentro de nuestros corazones, hecho de Luz Universal y creado por Dios Padre y Madre. Este (El Cristo Individual) se desarrolla tal como la semilla a través de 14.000 años de evolución (en nuestra conciencia).
Este Ser Crístico es un Ser inteligente, viviente en cada uno de nosotros, y que está interesado en ti más de lo que estás tú mismo.
Durante millones de años te ha estado dando el aliento y te ha sostenido con la esperanza de lograr una oportunidad de exteriorizar el proyecto Divino que hay para ti en el Plano de la Creación. Acepta esto ahora y deja que este Dios, a través de ti, cumpla Su propio patrón de Perfección, Su Maestría y Dignidad, Su Equilibrio y Libertad. Hagamos juntos la siguiente afirmación:
“YO ACEPTO AHORA LA VERDAD DE QUE POSEO UN SER DIVINO, GLORIOSO, QUE EN ESTE MOMENTO ESTÁ DESARROLLANDO Y TRAYENDO A MI VISTA Y A MIS SENTIDOS LA REALIZACIÓN DE MI PROPIA DIVINIDAD. AFIRMO QUE POSEO EN EL CENTRO DE MI CABEZA UN GANGLIO (O CHAKRA) LLAMADO FE, QUE GENERA Y PRODUCE TODA LA FE QUE ME ES NECESARIA, DE MANERA QUE NO PUEDA JAMÁS VOLVER A DECIR QUE MI FE ES INSUFICIENTE. SI TENGO A DIOS EN MÍ, SI TODO MI SER ES HECHO DE ESENCIA DE DIOS MISMO, DEL CUERPO DE DIOS MISMO, MI PADRE-MADRE, TENGO EN MI SER TODAS LAS CUALIDADES Y TODOS LOS ATRIBUTOS DE DIOS MISMO. GRACIAS PADRE QUE ESTO ES LA VERDAD”.
No hay sino un solo poder en el Universo. Acepta ahora que la Presencia de Dios en tu Corazón, que está más cerca que tus pies y que tus manos, más cerca que el aliento que entra por tu propia nariz, porque es tu propia vida que te hace latir el corazón, esa presencia de Dios que se llama “Yo Soy”, es una e indivisible con el latido de tu corazón; cuando medites evoca Tu exquisita Presencia, para que guíe tu meditación.
Cada dos mil años el Maestro del Mundo, manda al Mundo de la Forma un “Cristo”, o sea un ser perfeccionado que desea encarnar y traer a la masa de humanos de esa era, la religión que conviene a ese aspecto de la evolución. Esa religión en el curso de dos mil años se convierte en estímulo espiritual de las masas encarnadas en ese momento.
A medida que se iban sucediendo las eras de evolución, el Maestro del Mundo ha mandado nuevos “Cristos”, unos tras otros. Es lamentable que el mismo Cristo no pudiera continuar a través de todos los cambios ya que todas las religiones se han visto enfrentadas por resistencias, antagonismos y rebeliones que han sido provocadas siempre por la ola religiosa precedente, cuando sería maravilloso que ola tras ola añadiera ímpetu y fuerza a la próxima, haciéndose un gran crescendo en toda la Humanidad que le permitiera encontrarse cara a cara con su propia divinidad.
¡Hoy estamos al cierre de los ciclos del tiempo! Frente a la apertura de otro ciclo de dos mil años, cuando la entrada del Rayo Ceremonial que así se le llama al séptimo Rayo, comienza a hacerse sentir por las vidas. Este rayo será la religión de las masas, gradualmente.