Amado hermano en la Luz: mi Cristo saluda a tu Cristo.
En su Nombre vengo a darte la décima tercera Lección de Metafísica Cristiana. Ya conoces al Dios-Amor que predicó Jesús de Nazaret, ya sabes que Él no castiga, que solamente castigan las Siete Leyes Universales bajo las cuales funciona el Cosmos y ya conoces estas Siete Leyes. También hemos visto los Siete principales aspectos de Dios. Hoy vamos a hablarte acerca de los Siete Cuerpos del Hombre y te iniciaremos en el estudio de la Divina presencia –Yo Soy en el hombre.
Paso a decirte que hasta ahora tú te conocías como un ser poseedor de un solo cuerpo: tu Cuerpo Físico animado por un alma. Ampliaré un poco más este conocimiento diciéndote que en realidad tú eres un ente que vives dentro de siete cuerpos. De estos siete cuerpos, tres son Cuerpos Espirituales Superiores y cuatro son Cuerpos Materiales Inferiores.
Comencemos estudiando tus Cuatro cuerpos, el más bajo, el más denso, el más pesado, es tu Cuerpo Físico, el cual funciona bajo las reglas de todo cuerpo perteneciente al Reino Animal. Y aunque este nuestro primer cuerpo funciona bajo las reglas del Reino Animal, nosotros no pertenecemos a ese Reino sino al Reino Humano, somos Seres Humanos pensantes, dotados de razón. Este cuerpo animal o físico tiene sus derechos, sus exigencias, tú debes alimentarlo, asearlo, darle el ejercicio y el reposo justos, tienes que proporcionarle todo lo necesario a su crecimiento y mantenimiento, debes situarlo dentro de un ambiente higiénico, estás en el ineludible deber de darle todo esto, de mantenerlo bello y en perfecto funcionamiento pues es el templo donde se alberga tu Espíritu. ¡Ah! ¡Pero mucho cuidado!. Este cuerpo tiende a ser exigente, a hacerse el amo y si te dejas dominar por él desciendes en la escala de los valores humanos acercándote más y más al Reino Animal. Así vemos a las personas dominadas por la gula, cómo mengua su inteligencia en tanto su cuerpo físico se hincha más y más hasta adquirir un contorno antiestético que lo deforma y lo hace ridículo. Como esa persona no come para vivir sino que vive para comer, resulta algo parecido a un cerdo que no tiene otro ideal que el de llenarse la panza. El perezoso, el flojo, sacrifica su voluntad ante el altar de la pereza y se convierte en un parásito que vive, o mejor dicho vegeta parasitariamente de lo que produce la actividad ajena y renuncia a su condición de hombre al negarse a colaborar en el plan del bienestar común. Es simplemente una bestia que come y duerme, terminando su vida sin provecho para él ni para nadie. No te dejes pues dominar por tu cuerpo físico, dale lo justo, lo que necesita para ser sano, fuerte, bello, pero no le des más.
2. Posees un segundo cuerpo material inferior que es tu Cuerpo Mental Inferior, ese cuerpo que la mayor parte de las personas, sitúan en el cerebro y que no es sino un cuerpo más liviano, gaseoso, de forma circular y de color amarillo, que rodea el contorno de tu cabeza. Es una sustancia más bien etérica, es ese halo que algunas religiones pintan alrededor de la cabeza de sus santos o seres altamente evolucionados en la escala espiritual. Es ese cuerpo que tiene la maravillosa facultad de pensar, es el campo receptor de las impresiones que recibes a través de tus cinco sentidos físicos, lo cual lo estimula y le hace concebir ideas e impresiones; pero esos cinco sentidos materiales son unos informadores muy limitados, su campo de acción alcanza sólo lo que ellos contactan, así que él informa su mente sólo a través de ellos, es una persona de mente sin vuelo, no alcanza grandes ideas ni grandes realizaciones tampoco. Cuando un ser calla sus cinco sentidos físicos, entra en el silencio y se pone en meditación, al alcanzar a contactar los mensajes de su Yo Superior, concibe ideas luminosas, recibe lo que se llama la inspiración de lo Alto, he ahí a los grandes compositores, los grandes inventores, los hombres que se salen de lo común y se convierten en luminarias de la humanidad. Cuando tienes que resolver algún problema y te pones en comunicación con tu mente superior, negándote a aceptar las evidencias que pretende mostrarte tu mente carnal, quien sólo se informa a través de las apariencias que perciben tus cinco sentidos, jamás te equivocarás en tus decisiones, siempre encontrarás el camino que se te mostrará nítido, sin lugar a dudas ni vacilaciones. Quien aprende a guiarse por su mente superior es un individuo completamente realizado. Cuando el cuerpo mental superior de una persona oye la voz del “Yo soy”, esa persona tiene ya su Hombre de oro, realizado, eso es lo que denominamos, la realización del Cristo en el hombre. Se representa como una figura en blanco, parecida a la de Jesús, que sirve de enlace, entre el cuerpo mental inferior del hombre y la figura del “Yo Soy”. La mente superior es el vehículo por medio del cual el hombre se pone en contacto con su Yo superior o “Yo Soy”, de ahí la importancia de la Ley de Mentalismo, que recibiste en mi segunda clase.
Luego de esos dos cuerpos materiales inferiores tienes un Tercer cuerpo de la misma naturaleza material inferior, es tu Cuerpo Emocional, que muchos sitúan en el corazón, otros le atribuyen la sangre como vehículo, ya que cuando una emoción domina al individuo, sea miedo, alegría, cólera, etc., el corazón palpita más aprisa, a veces parece recogerse haciendo huir la sangre del rostro, dando lugar a una inmensa palidez o se arrebola produciendo rubor y congestión, dando así la señal de que tanto el corazón como la circulación de la sangre son afectados por las emociones. Pero otro tanto podría decirse de la víscera hepática, la cual, en medio de un acceso de furor estimula la vesícula, haciéndola derramar más bilis de lo conveniente, por eso cuando se ven personas de color verdoso amarillento, que demuestran disgusto y mal carácter a toda hora, se dice de ellas que son de temperamento bilioso. También podría atribuirse al bazo, la ubicación del Cuerpo Emocional, ya que allí parecen almacenarse todos los disgustos, rencores y resentimientos, dando lugar a que el páncreas no pueda producir la cantidad de insulina necesaria para quemar la cantidad de azúcar justa, produciéndose así esa enfermedad conocida con el nombre de Diabetes, tan es así que una de sus variedades se denomina Diabetes Emocional, ya que el porcentaje de azúcar contenido en la sangre sube o baja más de lo conveniente de acuerdo con las emociones que sufre el individuo. Pero eso sólo prueba cómo las emociones afectan al organismo en general, pues el Cuerpo Emocional no reside en ninguna víscera, él es un cuerpo gaseoso que rodea al cuerpo humano, el más amplio, el más grande de los cuerpos sutiles que rodean al cuerpo físico y sus colores varían de acuerdo con las emociones que afectan al ser. De ahí lo importante del control de las emociones, pues de estas dependen totalmente las reacciones del cuerpo físico, y como el funcionamiento de estos cuerpos es que la mente, según lo que está pensando, hace vibrar el cuerpo emocional y éste, de acuerdo con lo que está sintiendo, hace funcionar el cuerpo físico. Insisto en repetirte la importancia que tiene la mente en el hombre, no me cansaré de recomendarte que debes leer y releer la Ley de Mentalismo y estudiar todo lo que se refiera a ella, pues esta Ley, bien aplicada, es básica para la obtención de una salud perfecta; ya lo dice el antiguo aforismo griego “mente sana en cuerpo sano”. La mayor parte de las curaciones físicas se obtienen mediante la variación del tono mental, sacándolo de negativo a positivo, se corrige el cuerpo emocional y esto enseguida se refleja en el buen funcionamiento del cuerpo físico. SEGÚN PIENSAS, SIENTES; SEGÚN SIENTES, ACTÚAS, SEGÚN ACTÚAS, COSECHAS BUENOS O MALOS FRUTOS. No lo olvides.
Ahora pasamos a estudiar el Cuarto Cuerpo Material Inferior, el último de tus vehículos inferiores, lo que se conoce con el nombre de Cuerpo Etérico. También está hecho de una materia sutil que rodea e interpenetra el Cuerpo Físico, reproduciéndolo punto por punto, es lo que algunas filosofías esotéricas denominan “Doble etérico”, contraparte del físico, copia exacta del cuerpo carnal, al que rodea, reproduciéndolo en su forma y al que interpenetra, o sea es un cuerpo dentro de otro cuerpo. Para hacerte más comprensible esta explicación te pondré un ejemplo: tú tomas un vaso y lo llenas de municiones. Está lleno, es una imagen de tu cuerpo físico, tiene forma externa, lo que vendría a ser el vaso, está lleno, con tus vísceras, etc. ¿”Le cabe algo más? Sí. ¿Cómo puede ser esto? Si lo llenas con una materia más sutil, pongamos el caso, le echas arena, y sacudes el vaso hasta que la arena interpenetre todos los intersticios que quedaban libres entre munición y munición, ¿le cabe algo más? Parece que no; pero sí, si tratas de llenarlo nuevamente con una materia más sutil aún, con un líquido. Échale a este vaso que contiene municiones y arena, un poco de agua. ¿Le cabe? Claro que sí, el agua es una materia más sutil que puede penetrar entre grano y grano de arena. He ahí el vaso lleno con tres cuerpos materiales de distinta densidad. Así es como nuestros vehículos mentales, emocional y etérico, interpenetran y rodean nuestro cuerpo físico. Ahora, ¿qué función desempeña el Cuerpo Etérico? En primer lugar, en él se van almacenando todas nuestras experiencias buenas y malas, nuestros conocimientos, estudios, creencias, recuerdos de todas clases y es lo que va formando eso que llamamos nuestra Personalidad. Esto que las Ciencias Herméticas conocen perfectamente hace más de siete mil años, viene a descubrir ahora la Ciencia Física con el nombre de Sub-Consciente. Es el almacén de nuestras experiencias, obtenemos conocimientos, creencias, educación, fobias, simpatías, complejos, etc. Todo ello forma nuestra Personalidad, la cual es factible de ser corregida mediante el psicoanálisis científico o mediante el autoanálisis metafísico. Al encontrar y corregir la Causa se corrige automáticamente el Efecto. Esto lo viste ya en la “Ley de Causa y Efecto” que dimos en nuestra Séptima Lección.
“El Doble Humano” recibió entre los egipcios el nombre de “Kha”, hablando de esta sutilísima materia Masperó observa que es una proyección coloreada y aérea del individuo al que reproduce punto por punto. Se dice que los Maestros Esotéricos de aquella época sabían mucho más de lo que conocemos hoy sobre este cuerpo, se afirmó que este doble cuerpo humano no es una entidad real y efectiva; que actúa y se manifiesta en momentos propicios; que en él puede refugiarse toda la vida mental y pasional del ser, mientras el cuerpo físico queda inerte e insensible; que en él residen las potencias superiores, que resulta accesible y atacable por ciertas acciones físicas y psíquicas, bien descritas en textos iniciáticos; que por él se otorga al fallecido, en determinadas ocasiones, manifestarse a los seres encarnados en el plan terrenal; y por último, que permite a ciertas personas, la realización de hechos aparentemente imposibles. Para los remotos iniciados de Egipto el Cuerpo Etérico, conocido también como el Cuerpo Astral, constituye al hombre completo, razonador y sensible, invisible, que acude junto a las personas que amó para protegerlas y ayudarlas; y cuando de un modo directo no puede darles un salvador aviso, influyen en sus ideas de modo que en la mente surgen las inspiraciones salvadoras o para que, durante el sueño, reciban las revelaciones que les envía el protector”. (Alejandro Hagedüs. Fenómenos Extranormales”). A veces, durante el sueño, este cuerpo suele desprenderse del cuerpo físico, quedando unido a él por medio de un cordón – el “Cordón de Plata” – a lo largo del cual pasan corrientes vitales. Este cordón es elástico y capaz de una gran extensión. Es lo que se conoce como “viajes astrales”. Si durante el “viaje” se rompe el cordón, sobreviene la muerte (Véase “La Proyección del Cuerpo Astral” de Sulvan Muldoon). Existen tres clases de Proyecciones astrales: Conscientes, parcialmente conscientes e inconsciente.
También durante la vigilia, estando el individuo completamente despierto, su cuerpo astral se desprende y se manifiesta vivo y actuando en otros lugares. Es el fenómeno que se conoce como “bi-locación”. Ejemplo de ello fue San Martín de Porres, quien estando en oración en su celda, era visto en los hospitales curando y asistiendo a los enfermos.
Con respecto a estos cuatro cuerpos materiales inferiores, dice el Maestro Emmet Fox: “El cuerpo físico: Pertenece al plano Físico y es creado de la substancia de su propio reino. Su función, tal como la percibimos, es ejecutar los actos físicos y manifestar al individuo en el mundo de las formas. Este cuerpo está hecho de minúsculas partículas de luz que llamaremos electrones, y éstos son emitidos desde el Cuerpo de Dios y prestados al individuo para crear un vestido de carne a “imagen y semejanza” del Ser Crístico. Sin embargo, la realidad no es el cuerpo físico, el cual es un mejor punto de anclaje en la Tierra para los Rayos de Luz que se Proyecta directamente desde la Fuente Divina.
El Cuerpo Mental: El cuerpo mental, el cual fue hecho de la sustancia del Reino Mental, es muy similar al Ser Crístico, por el hecho de que debe ser el vehículo del Ser Crístico en su manifestación inferior o exterior. La actividad mental funciona a través de este cuerpo, el cual contiene la suma de todos los conceptos, opiniones, conocimientos y conclusiones humanos atraídos de todas las fuentes de información. La mente fue creada para que fuese Sirviente de la Llamada individualizada y no su dueño. Debe ser el instrumento para crear y mantener el patrón o la visión de la idea hasta que la manifestación física puede efectuarse.
El Cuerpo Etérico: el cuerpo etérico es la imagen y figura verdadera de la forma humana tangible, pero compuesta de materia mucho más sutil.
Dentro de este cuerpo están las relaciones y recursos de todas las experiencias sufridas por el individuo, a través de incontables vidas. Es también el medio para la transformación de fuerza a todas las partes de la forma humana. Determina las condiciones del cuerpo físico porque,es depositario y transmisor de energía, así como el verdadero intermediario entre los mundos internos y externos del hombre”.
Continua...