Me quedé sin tu voz
Y sin tus manos, sin tus ojos
Que tenían el color de la noche
Y el sabor de los sueños.
Todo sueño al encenderse quizá
Nos mata y vive de nosotros,
Su tenue intensidad es un exilio;
Sin orillas las manos,
Ya los pies sin caminos,
La libertad sin puerto.
Pero quizá podemos vivir en una sombra,
Quizás en los sueños vivimos muertos.
La imagen es lo muerto y el deseo,
Vida del polvo es el deseo.
Quizás un fuego es sueños
Volar fuera de sí,
Como Ícaro en el ala de su incendio.
Ángel que parte
Buscando una existencia.