Los chelas y la humanidad generalmente profesan desear conocer la Voluntad de Dios. Sonrío ante su temeridad, sabiendo muy bien que la Voluntad de Dios sólo es bienvenida cuando se acomoda dentro del angosto compás de su razón, de la pequeña medida de su juicio que confirma la Verdad, y de los sentimientos mitigados al encontrar que dicha Voluntad le resulta placentera a la "personalidad". Entonces, a los desventurados transmisores de esa Voluntad se les exime de las tremendas "explosiones" de rebelión y resentimiento que surgen de las almas "rectas" ['righteous']. La presentación de la Ley sobre la plataforma, a través de la literatura o por cualquier medio que pueda inventarse para llevar la Palabra a la gente, es comparativamente fácil para el chela desarrollado hasta el punto en que tal transmisión es posible. Esto es así porque no han reculada personal alguna, excepto la que surge cuando los egos individuales son desconcertados, corregidos o aguijoneados contra su voluntad hacia el empeño mayor.
Sin embargo, la disposición a aceptar el karma del individuo a quien pueda estar dirigida la carta individual de instrucción del Maestro, es un "caballo de distinto color" -como ustedes dicen. Cuando el Maestro le pide al chela que le transmita instrucción (ya sea oral o escrita) a otro chela, el transmisor inmediatamente se convierte en responsable por el uso al cual el chela receptor pone la instrucción recibida. ¿Por qué? Pues, porque no se puede renunciar a la responsabilidad de transmitir energía al mundo de otro, ni aún por la Ley Cósmica, ya que se trata de un acto de libre albedrío. Si el chela receptor no utiliza bien y sabiamente esa instrucción, el transmisor, que ha comunicado la instrucción, tendrá que balancear esa energía ante la Ley Cósmica. Más aún, las opiniones de las múltiples personalidades de los chelas que reciben la instrucción, o que están observando a uno que es el receptor de tal instrucción, conforma una tremenda batería de fuerza que "impulsa" también hacia el chela transmisor (el "contacto") la rebelión y los resentimientos de individuos que quizás puedan ser corregidos por los Maestros mediante tal instrucción, lo cual conforma tremendas presiones de energía que tienen que ser manejadas por el "contacto".
Por tanto, es sensato, expedito y amable que los estudiantes que profesan querer conocer Nuestra Voluntad, se auto-examinen y decidan si desean continuar recibiendo esa Voluntad de Nuestras manos, o si desean ser transferidos a las ministraciones más suaves de algún otro Maestro. También deberán decidir si desean o no someter a otra corriente de vida (que se ofrece voluntariamente para tal servicio como "contacto") a las reacciones destructivas de los sentimientos discordantes que pueden hasta destruir el vehículo físico de dicho "contacto", a menos que se puedan poner en efecto grandes esfuerzos para mantener el auto-control de parte de los recipientes de tal instrucción.
Hay ocasiones en que las acciones de las Huestes Celestiales parecen ser irreconciliables con la razón, pero recomiendo que el chela asuma esas acciones en su corazón de oración, y el fruto -de permitírsele desarrollarse partiendo de la flor- probará la valía de nuestras sugerencias. Por los pocos que desean proceder directamente hacia arriba por la ladera del Monte -aún si esto entraña deshacerse de las comodidades del equipo que el peregrino ha acumulado, con la esperanza de un suave tránsito por un sendero bordeado de flores-, ¡por ellos espero!