Objetivo: fortalecer la salud que ya poseemos y ayudarnos a erradicar cualquier malestar que aparezca.
Sigue estos pasos:
1) Recuerda un momento de salud perfecta. Revive las sensaciones de bienestar, energía y vitalidad. Luego imagina un círculo en el piso. Ponle un color que te guste y entra en él. Respira profundamente.
2) Regresa al punto donde te encontrabas antes de entrar al círculo y observa, con la memoria, a tu propia persona dentro del círculo de la salud. Verifica si tu postura corporal, tu sonrisa, respiración y todo el cuerpo reflejan de verdad una perfecta salud. De no ser así, revive otra experiencia en que fueron claras las características de ese estado. Cuando te sientas saludable y feliz, entra en el círculo de la salud. Regresa al punto inicial y verifica la CONGRUENCIA de tu estado.
3) Ahora, en un sitio aparte, coloca otro círculo diferente y este será el círculo de la enfermedad o malestar. Revive el padecimiento que deseas detectar en su inicio, antes que se desarrolle en tu organismo o el que ya padeces. Cuando experimentes algún síntoma, ve y déjalo en el círculo del malestar. Permanece allí lo menos posible. Sal y sacúdete de inmediato esa sensación.
4) Vuelve al punto en que comenzaste el ejercicio. Desde allí dirígete al círculo de la salud. Entra en él, disfruta la experiencia de plenitud vital que te procura. Respira profundamente. Luego, muy lentamente camina hacia el círculo del malestar. Apenas aparezca la más mínima sensación relacionada con la enfermedad, sacúdela con un movimiento simbólico de brazos y manos. De inmediato regresa al círculo de la salud.
5) Una vez más, acércate al círculo del malestar. Apenas surja una molestia, vuelve al círculo de la salud.
6) En el círculo de la salud goza la plenitud que fluye por todo tu ser. Cada vez que sientas el más mínimo malestar, repite este ejercicio para mantener tu círculo de salud limpio y lleno de energía.