La Teoría de la Reencarnación
Desde que el hombre tiene uso de razón, ha buscado la fuente de la juventud, la fórmula que lo conduzca a la inmortalidad y para ello ha experimentado diferentes caminos para lograrlo fracasando en su intento, alcanzando solamente un promedio de vida de setenta a ochentas años actualmente. Eso se debe a que el hombre ha equivocado el camino creyendo que solamente es un cuerpo físico y ha querido prolongar su vida en el mismo cuerpo, ello ha resultado frustrante y sin sentimientos, pues tarde o temprano tendemos a perder el cuerpo físico, ya que es finito en la hora de la transición o paso dimensional, llamado en el mundo de los hombres, la muerte.
En la mayoría de las religiones orientales, que profesan millones de habitantes de La India, China, Japón, los paises Arabes, Egipto y otros, se reconoce como válida la teoría de la reencarnación.
Ellos sostienen que el hombre se densifica en la materia y evoluciona en la tierra para perfeccionarse más en cada vida, así va moldeando su carácter y mejorando su grado de consciencia, hasta que al final tiene como objetivo romper la cadena reencarnatoria para alcanzar la maestría al haber terminado su evolución en la tercera dimensión.
Los que así piensan, sostienen que solo así son explicables las diferencias que se presentan entre los seres humanos, cuando unos nacen sanos y otros enfermos, unos bonitos y otros feos, unos ricos y otros pobres, unos viven pocos años, otros mueren al nacer, otros viven más años.
Si nos circunscribimos a una sola vivencia, a una sola vida en la materia, no habría justicia alguna por las grandes diferencias ya señaladas, en cambio, si tenemos la oportunidad de reencarnar podremos vivir en diferentes escenarios y evolucionaremos utilizando diferentes cuerpos físicos de ambos sexos.
En occidente, la iglesia católica, ha negado categóricamente la existencia de la reencarnación sin dar ninguna explicación congruente a todos aquellos que alguna vez lo han preguntado, simplemente los sacerdotes se han concretado a decir que un buen católico no puede aceptar la reencarnación, sin embargo, pocos dicen o saben de dónde nace esta prohibición.
Investigando en el pasado, encontramos un antecedente en el segundo Concilio de Constantinopla, (quinto ecuménico de la iglesia), celebrado en el año 553 de nuestra era, en el reinado del emperador bizantino Justiniano I, en tal concilio, se declararon catorce anatemas y uno de ellos decía así: "si alguien afirmara la fabulosa preexistencia de las almas, así como la monstruosa restauración que le sigue, sea anatema", es decir, condenaba el que una persona pretendiera creer que su alma volvería a tomar un cuerpo.
Gran parte de la atención del segundo concilio recayó sobre Orígenes, teólogo de la primera iglesia, a quien se acusó de defender conceptos que se apartaban de la ortodoxia, tales como el relativo a la reencarnación, Orígenes se refiere a ella en un pasaje como la falsa doctrina de la transmigración de las almas a los cuerpos, ya que dedujo que el alma de un ser humano podría verse aprisionada en el cuerpo de un animal, esto se consideraba impropio de una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios.
En esa época, en la lndia sobre todo, se había generalizado la creencia popular de que la reencarnación de un ser humano podría efectuarse en un animal, incluso los sacerdotes amenazaban al pueblo que de no obedecerles serían castigados reencarnando en un animal repulsivo, como podría ser la serpiente.
Estas interpretaciones equivocadas de los pueblos, hicieron que se rechazara como válida la teoría de la reencarnación y lograron que los católicos la rechazaran al no comprenderla.
Sin embargo, debemos ahora volver al tema, por su importancia, en la forma de entender nuestra vida, tratando de explicarnos qué somos y a dónde vamos.
Continua...
Escuela Metafísica de Santhar
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