Protecciones:
Cono de luz blanca.
Virtudes:
Grandes afectos, simpatía, generosidad, valor físico, devoción, intelecto y percepción.
Efectos sobre patrones mentales a transmutar:
Egocentrismo; preocupación; inexactitud; falta de valor moral, indolencia; fuertes pasiones, extravagancia; depresiones; pereza, pesismismo y fatalismo; falta de claridad y de valores morales.
Virtudes a adquirir:
Serenidad, confianza, autocontrol, pureza, altruismo, exactitud, equilibrio mental y moral.
La Armonía a través del Conflicto:
El cuarto rayo, la energía de la armonía a través del conflicto es el que lleva a la intuición, rige la humanidad en su totalidad. Esta energía es la que nos lleva a percibir el campo de conciencia en el cual nos encontramos limitados. Esa sensación de limitación acontece en todos los hombres, cuando alcanzan determinado grado de conciencia: se sienten impedidos en el grado en el cual están y necesitan ascender a otro nivel en la escala evolutiva, conociendo entonces otros espacios interiores del propio ser.
Ese cuarto rayo rige al reino humano y nos hace sentir literalmente aprisionados donde estamos, impulsándonos a vencer las cristalizaciones, la inercia y el condicionamiento típico de una etapa evolutiva. Como es propio de la naturaleza del hombre terrestre afincarse en el sitio al cual llegó, corresponde al cuarto rayo estimularnos a través del conflicto, a alcanzar otros estados de conciencia.
Ese conflicto, si se lo vive concientemente, se transforma en una situación armoniosa, y, a medida que se instala el equilibrio, permite la manifestación de la intuición, o sea, el afluir de la claridad proveniente de los planos supramentales.
Se puede controlar la naturaleza mental o emocional, pero no se puede hacer lo mismo con el mundo intuitivo. Solamente cuando lo emocional, lo mental y lo físico están bajo control voluntario y no bajo tensión puede acontecer libremente.