TRATAMIENTO PARA DESARROLLAR EL AMOR DIVINO
Mi alma está llena de Amor Divino. Estoy rodeado de Amor Divino. Yo irradio Amor y Paz a todo el mundo. Yo tengo consciente Amor Divino. Dios es Amor y no existe otra cosa en la creación que Dios y Su Expresión. Todos los seres humanos son expresiones del Amor Divino, de manera que Yo no puedo tropezarme con otra cosa que las expresiones del Amor Divino.
Todo esto es la Verdad ahora. Este es el caso actual, el actual estado de cosas. Yo no tengo que esforzarme a que esto suceda, lo observo en este momento. El Amor Divino es la naturaleza del Ser. No hay sino Amor Divino es la naturaleza del Ser. No hay sino Amor Divino y yo lo sé.
Yo comprendo perfectamente lo que es el Amor Divino. Yo tengo realización consciente del Amor Divino. El amor de Dios arde en mí hacia toda la humanidad. Yo soy un foco de Dios radiando Amor Divino a todo aquel con quien yo me encuentre, hacia todo aquel en quien yo piense.
Yo perdono todo, todo lo que necesite mi perdón, absolutamente todo. El Amor Divino llena mi corazón y todo está perfecto. Ahora irradio Amor a todo el universo, sin excepción de nadie. Experimento Amor Divino. Yo manifiesto Amor Divino. Doy gracias a Dios por esto.
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Las dos llaves del infierno son la crítica y el resentimiento, llamado comúnmente “rencor”. Estos pueden ser destruidos permanentemente con el tratamiento arriba expuesto.
Cuando el estudiante conozca las Llamas, puede hacer este Tratamiento aplicando la Llama Rosa. El Amor no se limita a sentir cariño por otro. El Amor tiene muchas maneras de manifestarse, y una de las más grandes es la de expresar deseo de perdonar y de enviar a otros el Bien.
Buscar conocer a Dios es amarlo. Tratar de purificar el pensamiento es Amar a Dios. Tratar de corregir conceptos desagradables es amar al prójimo por quien se siente ese desagrado. Gustar de la belleza y del arte es amor. Amor a Dios.
“No hay temor en el amor. El amor destruye el temor. El temor tiene tormento, y aquel que teme no ha sido perfeccionado en el amor”.
1, Juan, 4: 18
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